PB120046Sin ninguna duda la noticia de la semana ha sido que la ESS se construirá en la localidad sueca de Lund y no en el entorno del Bilbao Metropolitano. Esta decisión de claro carácter político ha suscitado una multitud de reacciones de diversa índole tanto en la clase política como científica de nuestro país, pero se ha hablado poco del largo camino recorrido para llegar hasta aquí. Cuando el 17 de octubre de 2006 la candidatura ESS-Bilbao se puso de largo ante la comunidad científico tecnológica europea, fue considerada como el rival más débil, sin embargo a base de mucho trabajo, esfuerzo y dedicación del grande, cualificado y extenso equipo con el que la ESS-Bilbao ha contado, la candidatura se fue fortaleciendo y consolidando llegando el punto incluso de que las otras dos candidaturas (Escandinava y húngara) seguían el paso que se marcaba desde Bilbao. Sin embargo el esfuerzo realizado en consolidar las capacidades científicos-tecnológicas de la ESS-Bilbao, las labores realizadas para encontrar una localización que cumpliera los requisitos necesarios y el desarrollo de una estrategia global se ha visto ensombrecido por el resultado final. La ausencia de un apoyo por parte de los países fuertes en Europa en esta cuestión ha hecho que la realidad sea que Lund albergue la ESS. Podríamos enumerar una larga lista de todas las acciones, reuniones, acuerdos… que se pudieran haber realizado durante este trienio, podríamos hablar de la falta de eficacia de las relaciones exteriores de España, podríamos hablar de la falta de liderazgo claro y de compromiso político por parte tanto del Gobierno Central como del Gobierno Vasco, podríamos enumerar todas las piedras encontradas en el camino hacia Vitoria, hacia Madrid, hacia Bruselas… Pero el hacer ahora un alto en el camino para mirarnos y enumerar la larga lista de lo que se podría haber hecho, de quien ha hecho qué y quien no ha hecho qué, no nos serviría de nada, la ESS ya tiene una ubicación y ahora la prioridad es maximizar todo el trabajo realizado, todo lo aprendido, todos los errores, todas las capacidades consolidadas y ponerlas en valor. El hecho de que nos encontremos inmersos en un proceso de negociación y de evolución del Consorcio ESS-Bilbao es el más claro ejemplo de que hay que seguir trabajando, creando y desarrollando nuevas iniciativas para conseguir atraer prosperidad, ciencia, tecnología, innovación y creatividad, ahora todavía más, debido a la difícil situación económica en la que nos encontramos. Eso sí, no me resisto a terminar sin plantear una duda que me ha asaltado durante todo la semana, en los tres años en los que he tenido el placer de participar activamente en esta candidatura, la cobertura y las declaraciones realizadas sobre el Consorcio ESS-Bilbao han sido más que escasas, sin embargo en los últimos tres días mi cuenta de mail ha recibido aproximadamente una centena de mailes con links a noticias relacionadas con el hecho de que Lund haya ganado la ESS y con los numeroso aspectos que han podido hacer que no hayamos conseguido habérnosla traído a Bilbao, y me pregunto: ¿eso qué significa? ¿que los grandes proyectos sólo nos interesan cuando están perdidos y podemos echar la culpa alguien? ¿no hubiera sido más interesante el haber contribuido a lo largo de todo el periodo de candidatura, para así haber conseguido la ESS? ¿no sería más interesante el hacer también una evaluación de todo lo que se ha ganado?, porque al fin y al cabo el éxito no es más que la confianza y la capacidad de poner en práctica lo que el fracaso nos ha enseñado.