Sólo hace unos días fue portada en la prensa el impacto que tendrá en las cifras de PIB el cambio metodológico en la elaboración de la Contabilidad Nacional como consecuencia de su adaptación al Sistema Europeo de Cuentas 2010 (SEC 2010), las mejoras estadísticas y otros cambios entre los que están la estimación de las actividades ilegales. Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística  esto supondrá un incremento del PIB de entre un 2,7% y un 4,5%.

Como es lógico esto no significa que estemos mejor o que seamos más ricos, simplemente que hemos cambiado el método (o la escala) con la que medimos. Triste sería, sin embargo, que estos cambios metodológicos se utilizaran para maquillar de algún modo nuestra posición frente a las exigencias de control de deuda y déficit que nos impone Europa. De apostar, pondría mi puja en que sí se tratará de aprovechar, pero eso lo veremos muy pronto en los discursos…

Pero más allá de todo esto, en esta preocupación europea por medir bien la producción, lo cual es muy loable porque es el único modo de comparar adecuadamente entre países y hacer políticas efectivas, deberíamos preocuparnos además de por incorporar lo que no éramos capaces de medir (producción ilegal e informal y otros elementos), también por restar todo aquellos que estamos incorporando de más en las cuentas y que poco parece que preocupa. Les suena el cambio climático, la contaminación del aire, las masas de agua y el suelo, el deterioro de nuestro capital natural y otras muchas externalidades negativas que seguro que suponen mucho más del 5% de nuestro PIB.