Por fin se ha abierto a la circulación la infraestructura viaria más costosa hasta el momento en Euskadi, con permiso del AVE. Alrededor de 900 millones de euros invertidos en cemento. Se trata de la variante sur del área metropolitana de Bilbao. Una autopista de gran capacidad realizada tras años de sesudos análisis y previsiones de demanda. El caso es que parece que, una vez abierta, tiene que buscar su encaje en el entramado viario metropolitano, porque su acogida no esta siendo tan favorable como pensaban los responsables de Diputación.
Se conoce que los usuarios se acercan con cuentagotas. Tiene peaje y existen alternativas competitivas como el primer cinturón de circunvalación que discurre paralelo a la nueva variante y que zigzaguea, cual horrible cicatriz de las que se hacían antes, por una buena parte de la trama urbana del Bilbao metropolitano.
La sugerencia es la siguiente: ¿por que no aprovecha la Diputación esta magna obra recien terminada para reconvertir el tramo actual de la A8 en un gran parque lineal y que sea la Naturaleza la que fluya a partir de ahora por el actual río de cemento que agrede de forma contundente cualquier modelo de desarrollo humano sostenible que se quiera hacer en esta urbe?
De la misma forma que el terrible viaducto de Sabino Arana (en pleno corazón de la ciudad) está a punto de pasar a mejor vida, a qué hay que esperar para dinamitar el monstruoso vial que hiere el corazón de Rekalde?.
Los vecinos de Zorroza, ¿no se merecen que desaparezcan sus famosas “curvas” que tantos atascos han vivido y la playa de cemento que parte en dos al barrio se convierta en un manto verde?.
Los vecinos de Cruces o Retuerto, ¿acaso han de pagar para siempre algún tipo de deuda histórica por la que aceptan ser penetradas por una inmensa estaca de cemento?.
La verdad es que sería emocionante contar con un auténtico anillo verde alrededor de la ciudad y ser líderes también en este tipo de metamorfosis de las que ya hay algunas experiencias válidas a las que referenciarse.
Una ciudad que físicamente se ha ido construyendo a retazos galopantes de su tumultosa historia ha hecho un ímporovo trabajo de regeneración reconocido en medio mundo a partir del efecto Guggenheim. Pero el que conozca un poco esta urbe, enseguida comprenderá que el desarrollismo fue tan implacable con ella que aún quedan enormes heridas que curar y muchos espacios que buscan su momento para ser reinventados.
Hay una increíble lámina de agua que introduce el mar todos los días en nuestras casas; hay privilegiados y enormes espacios urbanos hoy en estado de semi-ruina esperando ser reconquistados por la Naturaleza (antes de que el hombre los llene de nuevo de cemento, naves industriales y bloques de apartamentos); hay una naturaleza circundante que se desborda de plenitud justo a las puertas de la urbe; hay cantidades inmensas de cemento deseando ser teñidas de verde.
Bilbao es la ciudad del Guggenheim, del diseño, de la arquitectura de vanguardia. Pero también Bilbao es aún en parte de su trama un museo de los horrores ecológicos o, al menos, de los horrores urbanísticos. Bilbao, estoy convencido, será más pronto que tarde la capital verde del mundo. Ha de serlo porque es a ese mundo al que nos encaminamos. Nuestros amigos de mi querida Vitoria lo vieron ya hace muchos años y hoy disfrutan de una ciudad urbanísticamente formidable e impecable desde el punto de vista ecológico. Y Vitoria ha hecho todo eso sin ser un anclave favorecido precisamente por la Naturaleza. Bilbao parte con mucha ventaja: goza de mar, ríos, montañas y un clima benigno que permite soñar con una ciudad donde la Naturaleza encuentra su hogar.
Quizás sea este el momento de pensar de nuevo de forma diferente. Humildemente creo que en esta ciudad necesitamos un empujón enorme (cultural, social, de valores, de visión, de momento…) a lo hora de concebir una metropoli ecológicamente plena. Esta del Gran Jardín no es más que una idea feliz pero quizás le haga a más de uno pensar en que Bilbao tiene oportunidad aún (o quizás sea un deber) de reconciliarse plenamente con la naturaleza.
PS: Le he robado a mi amigo Manu Fernández, que es un auténtico conocedor de las dinámicas urbanas, un link a la página de Smart Cities Conference donde se hace mención a grandes proyectos de recuperaciónpara la vida urbana de grandes infraestructuras obsoletas. Allí hay bonitos ejemplos de sueños parecido hechos realidad.