La verdad está ahí fuera, más allá incluso de las pantallas de nuestros ordenadores, en la oscuridad espacial desde donde cientos de satélitessobrevuelan nuestras cabezas. Nos imaginamos cuantas aplicaciones pueden tener y, al menos a mí, se me ocurren utilidades altamente tecnológicas. Pero también las ciencias sociales (¿hay ciencias no sociales? ¡Qué miedo!) y otras disciplinas no científicas pueden sacarle.
Aquí traigo sólo dos ejemplos:
Utilización de observaciones espaciales de la intensidad de la luz global para identificar regiones metropolitanas y cruzar estos datos, por ejemplo, con los de actividad económica, patentes, población, científicos de alto nivel, etc. Un sólo ejemplo: el paper “The rise of the Mega-Region” (Richard Florida y otros).
Utilización de imágenes de satélite para su tratamiento artístico mediante técnicas por ordenador y también manuales. Sobre esto existen muchas referencias, sólo enlazo el dossier que he podido revisar en la revistaresearch.eu, que recoge algunas de las imágenes de la exposición “The Earth as a work of art”. En formato vídeo también: