El trabajo de lobby ante la Comisión Europea para quedarse con las agencias y centros de investigación europeos que actualmente tienen su sede en el Reino Unido ya ha comenzado. Tras la decisión del Brexit, se ha abierto una oportunidad apetitosa, y aunque aún no se ha activado el artículo 50 del Tratado de la UE y la situación es confusa, los estados y las ciudades están tratando de presionar y posicionarse para los potenciales traslados. Así lo ha constatado el ex-presidente de la Comisión Europea Romano Prodi en declaraciones a Observer.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), con sede en Londres, es seguramente la pieza más apetitosa con cerca de 900 empleados y una posición de hub de conocimiento para el sector farmacéutico. Durante las últimas semanas, se ha visto al Gobierno y a varias ciudades del estado declarar su propósito de acoger la EMA, y los esfuerzos de lobby para posicionarse también se han iniciado en Copenhague, Estocolmo, Varsovia, Dublín, Milán, Estrasburgo o Lyon. Sin embargo, la situación continuará siendo de incertidumbre hasta que se establezca una nueva relación entre el Reino Unido y la Unión Europea y se definan nuevos acuerdos bilaterales.