Ya está avanzada la segunda semana de la cumbre climática en Madrid. Los líderes y lideresas políticos aún están debatiendo sin haber llegado a acuerdos concretos. Se espera que estos irán siendo publicados a lo largo de esta semana. Pero ¿De qué se está hablando exactamente en la cumbre?
Pues a pesar de la complejidad y la multitud de reuniones, debates y conferencias que se están dando en varios pabellones y salas de forma paralela, se puede resumir todo en tres puntos concretos. Daños y pérdidas, planes de ambición y mercado de carbono.
Un de los principales objetivos de la COP25 es la revisión del Mecanicismo Internacional de Varsovia (WIM por sus siglas en inglés). El WIM se aprobó en 2013 para abordar las pérdidas y daños asociadas a los impactos del cambio climático en los países del Sur Global. En la COP25 se está evaluando el citado mecanismo para actualizarlo a un nuevo periodo.
Es por ello por lo que, dentro de este marco de revisión del mecanismo, uno de los grandes puntos de discusión es el de daños y perdidas. El debate se centra en cómo financiar las acciones de emergencia social y restauración de zonas dañadas debido a los efectos del cambio climático.
Este nuevo periodo, a partir de 2020, el WIM debería contar con mayores fondos y más flexibles, eso es algo en lo que todas las partes están de acuerdo. Más flexibilidad para que se pueda dar una respuesta rápida a aquellas situaciones dramáticas, y más fondos para poder cubrir la creciente demanda que se espera de cara a futuro.
Pero también existe un tercer punto, la durabilidad. Aquello en lo que no se ha reparado tanto hasta ahora, Son necesarios más fondos para poder mantener la ayuda más allá del periodo inmediato de intervención. Al Gore así lo recordó en su intervención en la COP. Tras repasar la multitud de catástrofes recientes a escala global, remarcó que Puerto Rico necesitó ayuda tras el huracán, pero que aún la sigue necesitando. Las catástrofes en sociedades vulnerables y no adaptadas a los impactos de cambio climático también necesitan más tiempo para reponerse. Es por ello que cada vez se escucha más las palabras justicia climática tanto en ponencias como en conversaciones informales.
A pesar de acordar que hace falta más fondos. Ahí es donde se enfrentan los intereses de unas y otras partes. La demanda de los países del Sur es clara, más y mejor financiación para hacer frente a los impactos generados por el cambio climático en sus países. Y obviamente, ponen la mirada en el mundo enriquecido, por ser el principal causante de la emergencia climática. El reclamo se da una vez más bajo el paraguas de la justicia climática. Los países que han contribuido menos al calentamiento global son los más vulnerables a sus efectos. Por otro lado, los países occidentales asumes su papel a la hora de contribuir de manera más generosa en esos fondos, pero también hacen un llamado al resto de países y agentes internacionales a aumentar la contribución, así lo reclamaba el ministro del clima de Reino Unido esta mañana.