2179877882_12b38144b3Ayer los países africanos abandonaban la mesa de negociación porque los países desarrollados no están por la labor de llegar a un acuerdo vinculante de reducción de emisiones. Los países pobres observan con desesperación lo lentas que transcurren las negociaciones, y el gesto que protagonizaron no fue sino una llamada de atención para que los países que más responsabilidad tienen sobre el cambio climático actúen con decisión, esto es, presenten unos objetivos de reducción de emisiones que sean obligatorios y suficientes como para estabilizar el clima en los próximos decenios.

En términos de responsabilidad histórica, como se puede ver en la siguiente tabla, desde 1850 los países desarrollados son responsables del 76% de las emisiones de CO2, por un 24% de los países en desarrollo.

 

Lo que se debate en Copenhague es el reparto de emisiones que los países podrán generar en el futuro. Los paises en desarrollo, los que menos han contribuido al problema, exigen que se acuerden importantes recortes por parte de los países desarrollados. Además, consideran necesaria una fuerte ayuda financiera para seguir desarrollándose con emisiones cada vez más bajas.

En cierto sentido, en las negociaciones de Copenhague se esta poniendo sobre la mesa el concepto de deuda ecológica, un término tradicionalmente restringido al mundo académico y ecologista que ahora se erige como uno de los elementos fundamentales para llegar a un acuerdo climático.

Por otro lado, revisando el documento Navigating the Numbers. Greenhouse Data and International Climate Policy, otra tabla interesante que hace referencia a las emisiones históricas (desde 1950) contabilizando el cambio de uso del suelo es la siguiente:

Indonesia y Brasil aparecen en las primeras posiciones. El motivo: principalmente la deforestación, donde los propios países que albergan los bosques tienen parte de responsabilidad. Ahora, en Copenhague, otro de los elementos principales a tener en cuenta en las negociaciones es precisamente las emisiones generadas por la deforestación, esperando que se desarrolle y concrete el el Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo (UN-REDD).

Para terminar, un buen artículo de Daniel Innerarity que tocva este tema de las responsabilidad histórica y la deuda ecológica: Justicia climática.