Dos apuntes breves, que seguimos en modo verano:
1. Richard Rogers, ¡por fín!, se ha hecho un sitio en Bilbao; casi se queda fuera, ha sido como marcar en el último minuto de la prórroga. La regeneración de los espacios centrales de la ciudad se agotan tras la primera ola de Abandoibarra y la actual de Zorrozaurre, pero ha conseguido in extremis un hueco para poner en su CV a Bilbao (¿o es Bilbao quien pone el nombre del británico en su CV?) en la remodelación de Garellano. YEl Correo consigue un titular meritorio:
«Bilbao es uno de mis referentes de buena regeneración urbana»
¿Cómo ve Bilbao? ¿Ha estado en la ciudad?
Bilbao, junto a Barcelona, es una de las ciudades que más uso como referente sobre lo que es una buena regeneración urbana. El éxito de Bilbao en reinventarse a sí misma como ciudad es tal vez aún más remarcable cuando tienes en cuenta cómo era hace unos 25 años, cuando la visité por vez primera. Es difícil creer que sean el mismo lugar.Martín Lejarraga, en una reciente entrevista, mencionaba también la realidad de Bilbao:
Has hablado del efecto Guggenheim, que, en efecto, cambió una ciudad, pero ahora ya Bilbao parece un parque temático de premios Pritzker.
El efecto Guggenheim tiene como positivo que ha demostrado que la arquitectura y las actuaciones urbanísticas tienen una influencia muy grande en la sociedad y ahora se trata de trasladar tal cual a cualquier parte y se convierte en una caricatura. La aplicación sistemática y repetitiva en todas partes y en todas
las escalas es deplorable y causa un efecto fatal, porque Gehry no lo hace siempre bien y porque los intereses que van ligados son intereses de mercado y la arquitectura se convierte en una excusa absurda.
Foto vía Bilbao en construcción.
Ciudades a escala humana