*Artículo original publicado por Confebask (enlace)

La transición ecológica es ya una realidad, tanto debido a su imperante necesidad como por su incipiente materialización. El mundo empresarial no puede, ni debe, mantenerse al margen de este fenómeno. Las empresas tienen motivos para no quedarse atrás y comenzar a transitar.

Por responsabilidad social, las empresas, como agentes sociales que son, también deben contribuir con sus negocios y actividades a la mejora de la sociedad y del medio ambiente.

Por rentabilidad económica, aquellos negocios que no hagan suya la transición ecológica quedarán fuera del mercado en la próxima década.

Aquellas empresas que no han podido, o no han sabido, adaptarse al mercado se han quedado fuera. Hoy el mercado nos dice que el medio ambiente no se puede dejar al margen de los procesos productivos y comerciales. El medio ambiente pasa convertirse en un elemento clave.

La demanda de productos y servicios verdes están en continuo aumento en el mercado europeo, así como en el vasco.

El 49% de las empresas industriales vascas estima [en 2011] que en los próximos tres años van a aumentar las exigencias de requerimientos medioambientales por parte de sus clientes. (Fuente: Ecobarómetro industrial 2011. Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco).

La legislación a todas las escalas administrativas, desde el ámbito europeo hasta el local está exigiendo una mayor protección del medio ambiente. Los estándares públicos de contratación están yendo incluso más allá de dicha legislación.

El 21,5% de las empresas consultadas por Confebask han realizado mejoras en la eficiencia de sus recursos motivados por la legislación, normativa o los estándares en vigor.

Cada vez se demandan más garantías de que la actividad y los productos que la empresa privada ofrece a la administración pública no sean perjudiciales para el medio ambiente.

El 62% de los empresarios declaró que las inversiones sostenibles estaban motivadas por las expectativas de los consumidores de productos verdes. (Fuente: Comisión Europea, Accenture, 2012)

Existen diversas formas de probar a la administración y a los y las consumidoras que los servicios y productos ofrecidos cumplen estándares ambientales. Muchas de ellas pasan o bien por el eco-etiquetado o bien por los sistemas de gestión ambiental.

Eco-etiquetado:

En cuanto al eco-etiquetado este se presenta como la mejor forma de combatir al greenwashing así como otras prácticas. También permite a la empresa y a sus productos, posicionarse en materia ambiental. No obstante, la presencia de hasta 400 etiquetas diferentes a nivel global genera confusión tanto entre las empresas como entre los y las consumidoras. 

Ante esta situación, las empresas han de conocer cuales son las etiquetas de utilidad en los mercados en los que se mueven. El eco-etiquetado de tipo I (ver tipos de eco-etiquetado) es el más corriente en el mercado vasco. Entre todas ellas en Euskadi la eco-etiqueta por excelencia es la flor europea o ecoetiqueta europea.

El eco-etiquetado de la Unión Europea es una de las etiquetas más reconocidas dentro de la unión y con incipiente incidencia en el resto del mundo.

Desde el Gobierno Vasco se esta apostando por este eco-etiquetado por su estandarización internacional y su reconocimiento social. El 65% de los entrevistados por el Barómetro Ecológico Europeo tiene confianza en el eco-etiquetado europeo.

La ecoetiqueta europea existe desde 1992 y reconoce a aquellos productos y servicios (excepto del sector de alimentación, bebidas y fármacos) que a lo largo de todo su ciclo de vida (extracción, fabricación, distribución, uso y disposición) generan menor impacto sobre el entorno. Es decir, destaca aquellos productos/servicios que son más respetuosos que otros de su misma categoría.

En Euskadi son 18 empresas las que cuentan con eco-etiquetado europeo en hasta un total de 115 productos.

Figura 1. Ecoetiquetado de tipo I más relevante en el ámbito europeo. Fuente: Guía práctica sobre el uso de las certificaciones ambientales en la compra y contratación pública de IHOBE.

Los consumidores están confundidos por la corriente de información ambiental incomparable y diversa. El 59% piensa que las etiquetas de los productos no proporcionan suficiente información, y el 48% piensa que las etiquetas no son claras . (Fuente: Eurobarometer 367, 2013)

Esta eco-etiqueta aparece asociada a una gran variedad de productos. Entre los productos vascos son más relevantes los artículos de limpieza, muebles, bricolaje y papelería. También certifica al sector servicios, aunque su uso está menos extendido. Las empresas del sector servicios tienden a certificar toda la entidad mediante sistemas de gestión ambiental.

Figura 2. Distribución porcentual de los tipos de productos que disponen de eco-etiquetado europeo en Euskadi. Fuente: Progreso de la Estrategia de Economía circular de Eusakdi. IHOBE. Febrero 2020

Sistemas de Gestión Ambiental:

Al igual que el Eco-etiquetado de la UE los SGMA son otros reglamentos voluntarios que apoyan a productores y organizaciones que van más allá de lo requerido por la legislación en sus esfuerzos por proteger el medio ambiente y la calidad de vida.

Entre ellos destaca el sistema europeo EMAS, SGMA por el que, apuesta el Gobierno Vasco, debido a su reconocimiento internacional y por ser el sistema que certifica un compromiso más estricto de las empresas con el medio ambiente.

Figura 3. Número de sedes y organizaciones europeas que cuentan con EMAS, desde 2005 a 2014. Fuente: Informe sobre la participación voluntaria de las organizaciones en una gestión ecológica comunitaria y el plan de auditoría (EMAS) sobre la etiqueta ecológica de la UE, Comisión Europea.

Desde grandes corporaciones hasta pequeñas empresas las EMAS recogen y evalúan todos los ámbitos de la empresa en materia ambiental, ya sea de consumo, emisiones o el medio de transporte que utiliza la plantilla, entre otras cosas.

La evaluación es cíclica, esto permite una evolución progresiva para corregir prácticas menos favorables para el medio ambiente.

Figura 4. entidades y centros vascos que cuentan con EMAS, datos actualizados para febrero del 2020. Fuente: Progreso de la Estrategia de Economía circular de Eusakdi. IHOBE.

Contar con una EMAS, permite no olvidar o dejar de lado la transición ecológica. Contar con este SGMA no se limita a disponer de un producto o servicios especialmente sostenible. Consiste en mejorar continuamente la actividad de la empresa y su relación con el medio ambiente.

En Euskadi son 120 centros y 29 entidades públicos los que cuentan con este sistema de gestión ambiental, así como otro 68 centros privados y 55 entidades. Anualmente el Gobierno Vasco subvenciona la verificación y las sucesivas renovaciones des Sistemas de Gestión Ambiental EMAS. Optar a este distintivo, más allá de la mejora ambiental, permite reposicionar a la empresa ante sus clientes, ambas tareas ineludibles en estos tiempos.

Figura 5. Procedimiento a seguir dentro de la empresa basado en la evaluación interna continuada. Fuente: Comisión europea.

Aitor Mingo Bilbao
MSc en Ciudades Sostenibles
NAIDER