A estas alturas, mucho se ha escrito sobre el efecto Bilbao, como respuesta para entender el impacto que el Museo Guggenheim ha tenido como motor de transformación urbana y, en general, para entender el efecto que los edificios emblemáticos tienen en los procesos de renovación y reactivación urbana.
A modo de referencias rápidas, podemos leer algunas cosas:
No pretendo ser exhaustivo con esto. Sin embargo, he encontrado hoy una pregunta sugerente en el blog de Sean Dodson: has the “Bilbao effect” been largely confined to Bilbao?. Transcribo completo el post porque es corto y directo:
Jonathan Glancey’s recent thoughts on the new Turner gallery in Margate (Margate should resist the Bilbao effect) reminded me of an excellent article I read a few years ago in the New York Times Magazine examining the rise in futuristic architecture projects around the world. Glancey’s article also got me thinking. Where outside Bilbao has a single building been able to transform a whole city, in the way that the Guggenheim transformed Bilbao? The best answer I could come up with was Newcastle and the regenerative effects of the Baltic. But Newcastle was already booming before they rebuilt the Baltic and turned it into a very good art gallery.
Anyway, here’s the quote:
“Like any big-stakes, winning gamble, Bilbao’s good fortune has inspired other cities and institutions to take the plunge … This development is encapsulated by a remark that the director for the National Center for Contemporary Arts in Rome made a few years ago to Koolhaas, who had entered the competition (which Zara Hadid eventually won) to design its new museum. ”We need a building that does for Rome what the Guggenheim did for Bilbao,” Koolhaas was told.”
As the architect later remarked to me, ”That is a staggering statement, because Rome doesn’t need to be put on the map.”
La pregunta es complicada. ¿Se ha repetido este fenómeno en algún otro lugar? ¿Qué capacidad de atracción y de movilización han tenido experiencias posteriores? Realmente, admitiendo que se me pueden escapar muchos lugares, se me hace difícil encontrar una ciudad en la que se haya dado con el mismo nivel de profundidad. Desde luego, las operaciones urbanísticas basadas en starchitects se han generalizado y muchas de ellas han resultado en un reposicionamiento de algunas ciudades en el mercado global, pero quizá pocos ejemplos sean tan paradigmáticos.
Claro que, yendo más allá, si muchas veces se iguala el Efecto Bilbao con el Efecto Guggenheim, realmente pienso que el Museo ha tenido menos importancia que la que se le quiere dar. Quiero decir, la infraestructura como tal es obvio que ha sido un símbolo (principalmente, en sus primeros años, para convencer a la sociedad de que el cambio urbano era posible), pero la realidad es más compleja y el cambio se ha alimentado también de las propias oportunidades de la crisis económica (con todo el esfuerzo de transformación urbanística a través de Bilbao Ria 2000), de factores sociales, la estrategia de marketing de ciudad, etc. El desarrollo y revitalización de Bilbao no es consecuencia directa de la construcción y operación del museo, sino de la confluencia de muchas actuaciones de gran calado en muy diversos ámbitos y, además, a lo largo de un extenso período de tiempo. En todo caso, supuso una contribución positiva, no exenta de posibles críticas como elemento que pone en valor el conjunto de las actuaciones, proyectando una imagen de éxito a nivel internacional.