Las expectativas puestas en la Cumbre de Copenhague no se vieron satisfecha en relación a la disminución de emisiones que desde el ámbito científico se reclama para no incrementar la temperatura media del planeta más allá de un límite que supondría un cambio climático de consecuencias desastrosas e irreversibles.
Un ejemplo: según se indica en el Fourth Assessment Report del IPCC, “con un grado de confianza medio, entre el 20% y el 30% aproximadamente de las especies consideradas hasta la fecha estarán probablemente más amenazadas de extinción si el calentamiento promedio mundial aumenta en más de 1,5-2,5ºC (respecto del período 1980-1999). Si el promedio de la temperatura mundial aumentara en más de 3,5ºC, las proyecciones de los modelos indican que podrían sobrevenir extinciones masivas (entre el 40% y el 70% de las especies estudiadas) en todo el mundo”.
La nueva Secretaria de la ONU para el Cambio Climático en sustitución de Yvo de Boer, Christiana Figueres, declaraba recientmente en una entrevistaque “estamos muy lejos de un acuerdo con el suficiente nivel de ambición. El Acuerdo de Copenhague fija que hay que limitar a dos grados el aumento de la temperatura. A la vez, los compromisos de reducción de emisiones que han puesto sobre la mesa los 70 países implicarían un aumento de temperatura de entre 3 y 3,9 grados, que es inaceptable y muy peligroso. E incluso esos dos grados no son suficientes para muchas pequeñas islas”.
Los resultados de la Cumbre de Copenhague están lejos de lo que Europa ha venido reclamando y ha dejado patente que, finalmente, han podido más los intereses económicos y geopolíticos de determinados países que las conclusiones de la comunidad científica internacional. Además, fue clara la falta de liderazgo de la Unión Europea durante la Cumbre, puesto que ni siquiera participó en las negociaciones finales con Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica sobre el borrador final del Acuerdo.
De esta manera, el pasado mes de Febrero el Parlamento Europeo valoraba así los resultados de COP15: “las negociaciones relativas a un acuerdo internacional global sobre el cambio climático para el período posterior a Kyoto, que debían darse por finalizadas en Copenhague en Diciembre de 2009, concluyeron con un acuerdo decepcionante”. Y en Marzo la Comisión Europea declaraba que “el Acuerdo no colma en absoluto las ambiciones de la Unión Europea, que se proponía alcanzar en Copenhague un acuerdo sólido, eficaz y jurídicamente vinculante, de las que solo se «tomó nota» en las conclusiones de la Conferencia”.
Y es que, finalmente, tal y como expone un reciente reportaje de Der Spiegel, el Acuerdo de Copenhague fue cocinado únicamente por China, India, Sudáfrica y Estados Unidos.
Curiosas las grabaciones que permiten escuchar a diferentes líderes políticos mundiales en los tramos finales de la negociación. Al final, el representante chino se reunió en una sala aparte con Brasil, India y Sudáfrica, sumándose a última hora Obama para fraguar el Acuerdo de Copenhague que, finalmente, la Unión Europea no tuvo más remedio que aceptar.
PD. A última hora me pasan esta noticia del Guardian donde atribuyen el fracaso de Copenhague a la presidencia danesa y a la asistencia de tantos líderes mundiales.