Las criptomonedas se están empleando como un instrumento de pura especulación financiera. La tecnología que está detrás de ellas, sin embargo, es reivindicada como oportunidad para impulsar el desarrollo sostenible.
El Bitcoin y otras criptomonedas logran más y más notoriedad como instrumentos de especulación financiera en una economía de casino. Una arista no menor de las criptomonedas es el gran impacto ambiental que producen en cada transacción.
No obstante, la tecnología que posibilita los bitcoin, llamado blockchain o cadena de bloques, tiene el potencial de ser una innovación clave en la transformación de las interacciones sociales, los servicios públicos, y nuestras relaciones con el medio ambiente.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) desarrolla en un informe las ventanas de oportunidad que se abren con el blockchain para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El blockchain tiene el potencial de aumentar la transparencia financiera y la rendición de cuentas y generar un importante ahorro de tiempo y de tasas, y al mismo tiempo facilitar el acceso a derechos y servicios a la ciudadanía, especialmente en países con una estructura de estado aún débil. El Informe de la UNCTAD explica que el blockchain podría promover el desarrollo si los gobiernos aplican políticas que maximicen sus beneficios potenciales, mitigando al mismo tiempo los resultados perjudiciales