¿Cómo transformar una economía endeble y fundamentada en la provisión de materias primas en un referente tecnológico? ¿Se puede convertir una pequeña y aislada ciudad en un nodo tecnológico? ¿Y es posible afrontar estos retos en una época de crisis? Naider participó durante el pasado mes de Octubre en el evento モTechnopolis Open Training: How to create infrastructure for the innovation ecosystemヤ organizado por Technopolis en Helsinki, Finlandia, buscando respuestas a estas preguntas. Durante esta apasionante experiencia, conocimos tres casos de éxito que arrojan luz sobre estas cuestiones.
(imagen de enzioman vía Flickr)
Una historia
Con anterioridad a los años 90 la economía finlandesa se basaba principalmente en la provisión de materias primas a la Unión Soviética. Cuando ésta se colapsó a finales de los años 80 el modelo económico finlandés se vio derribado, sumiendo al país en una severa crisis.
En este contexto histórico el gobierno finlandés tomó una decisión estratégica: incrementar la inversión en innovación e intentar posicionar al país como un referente tecnológico. ¿Una locura? Hoy, Finlandia es uno de los países más innovadores del mundo, posee una economía sólida y diversificada y es referencia de la sociedad del bienestar.
Una ciudad
La remota ciudad de Oulu, situada ligeramente al sur de Laponia, también ha prosperado durante los últimos veinte años, habiéndose convertido en un referente internacional de innovación principalmente en los sectores TIC y de telecomunicaciones. Hace tiempo que las industrias tradicionales de la región, la madera, el papel y el acero, fueron relegadas a un segundo plano. Con uno de los mayores crecimientos demográficos de Finlandia, Oulu es hoy la sexta ciudad del país y exhibe una joven estructura demográfica, muy diferente a la finlandesa, gracias a una alta natalidad y un constante flujo de estudiantes y jóvenes trabajadores de alta cualificación. En Enero de 2008, la edad media de la población de Oulu era de 36,7 años. (Fuente: Ouka.fi)
Parte de esta transformación se ha debido a la apuesta clara de su gobierno por posicionar a la ciudad como un auténtico living lab ideal para el contraste y validación de tecnologías emergentes, fundamentalmente las comunicaciones inalámbricas. Con una población joven y altamente cualificada, Oulu es el perfecto laboratorio social donde entender las dinámicas del mercado tecnológico.
Una fórmula
Paralelo a estos dos relatos encontramos el éxito de Technopolis. En aquel contexto de crisis, hace ya más de 20 años, y precisamente en Oulu, nació una empresa llamada Oulun Teknologiakylä Oy (Oulu Technology Park). En la actualidad, Technopolis Plc, es una empresa privada en crecimiento que cotiza en el índice nórdico. En Finlandia cuenta con oficinas en Oulu, Helsinki (Espoo y Vantaa) y en las ciudades de Lappeenranta y Jyväskylä. Además, ha iniciado su expansión internacional en Rusia y los países balcánicos.
Technopolis Plc es más que una empresa privada que gestiona parques tecnológicos; es un modelo de negocio y un ecosistema para la innovación. Technopolis ofrece a sus clientes unas modernas instalaciones y servicios avanzados de desarrollo de negocio que mejoran significativamente su competitividad, actuando como un nodo de proveedores de servicios. Su brazo de incubación, Technopolis Ventures, apoya a empresas tecnológicas de creciente creación durante su lanzamiento y consolidación. Technopolis Ventures explota la incubación como proceso, no como lugar, ofreciendo servicios personalizados y adecuados a las necesidades de sus clientes.
Las instalaciones de Technopolis en toda Finlandia alojan a más de 900 empresas de base tecnológica (EBT) que emplean a cerca de 10.000 personas. Technopolis Ventures es una de las incubadoras más exitosas de Europa y provee servicios de desarrollo de negocio a más de 300 EBTs y basadas en conocimiento.
Crisis y tamaño, ¿simples excusas?
La observación de estos tres casos invita al lector a realizar una serie de reflexiones. Primero, el referente generado por la determinación política finlandesa al incrementar el presupuesto en innovación durante una época de crisis, y el éxito cosechado, muestra que la innovación puede ofrecer una salida al actual entorno de estancamiento económico.
Segundo, la ciudad de Oulu presenta claros argumentos contra el recurrente discurso del tamaño o la mal entendida モmasa críticaヤ. Oulu, con una población de 200.000 habitantes dista mucho de ser una gran metrópolis y su alejada localización lo sitúa fuera del mapa de los principales mercados europeos. Sin embargo, la ciudad aloja a 850 empresas high-tech que emplean a unas 18.500 personas (una empresa high-tech por cada 235 habitantes mientras que en la Comunidad de Madrid esta relación sería de una empresa por cada 777 habitantes [1]). En realidad, no se trata de un caso aislado en Escandinavia, donde son muchas las pequeñas ciudades que se sitúan en lo más alto del mapa tecnológico. Todas estas ciudades representan sin duda válidos referentes para las ciudades y regiones de nuestro país que hoy no se sienten suficientemente valientes para innovar.
Tercero, la creación de empresas de base tecnológica e intensivas en conocimiento es un potente motor de transformación económica. La aparición de empresas como Nokia o Kone ha sido el verdadero secreto de la transformación económica finlandesa. Estas empresas y otras muchas han creado en Finlandia una base empresarial de alto nivel tecnológico y gran proyección internacional. En la actualidad, una ciudad como Helsinki, con una población en su área metropolitana similar a la de Bilbao, cuenta con varios vuelos diarios a Hong Kong, Tokio y New York. La creación de ecosistemas innovadores como Technopolis donde empresas y Universidad conviven a una distancia de pocos metros ha sido clave para que prosperen estas nuevas empresas. Technopolis demuestra que las posibilidades de estos ecosistemas son inmensas, eso sí, cuando operan bajo una excelente gestión y un sólido modelo de negocio.
Aunque quizá lo más importante de Oulu, Technopolis y Nokia es que han creado referentes en su país, casos de éxito que todos quieren allí replicar, y que vuelven crédulos de la innovación a sus tecnólogos, científicos, políticos y empresarios. Durante los últimos años, la innovación ha sido en Finlandia lo que el ladrillo en España, del mismo modo que la sauna lo es al bar. Veremos a quién le tocará sudar másナ
Notas
[1] La Comunidad de Madrid poseía en el 2006 una población de 6.081.689 habitantes según los datos del padrón 2007 de la Comunidad de Madrid.
En el 2006 existían 7.824 empresas de alta tecnología en la Comunidad de Madrid según los indicadores de alta tecnología 2006 elaborados por el Instituto Nacional de Estadística.