El ministerio de economía ha decidido poner freno a la venta de activos financieros con dificultad para ser entendidos y que mejor manera de hacerlo que con semáforos. A partir del 2016 los bancos tendrán que adjudicar un color, 5 en una escala de verde a rojo, para poner sobre aviso a los compradores del peligro que entraña comprar algo sin tener claro el funcionamiento del mismo.
Para la adjudicación del grado de dificultad de entendimiento se tendrán en cuenta aspectos tales como el total del capital garantizado, el plazo de vuelta y la calidad crediticia del producto y entidad emisora y deberán ser comunicados previa a la venta. Con el color verde oscuro se identificarán los activos de menor riesgo como los depósitos bancarios, pasando por el verde claro, amarillo, naranja y terminando con el rojo, con el que se identificará a los de riesgo más elevado, como las emisiones a más de diez años.