La diversidad biológica es el fundamento de la vida en nuestro planeta y uno de los pilares del desarrollo sostenible. La riqueza y la variedad de la vida en la Tierra hacen posibles los servicios indispensables que nos proporcionan los ecosistemas: agua potable, alimentos, cobijo, medicamentos y ropa (Comunicado del PNUMA 2007).
Los beneficios que la sociedad obtiene de los ecosistemas fue la piedra angular del Millenium Ecosystem Assessment (Evaluación del Milenio de los Ecosistemas) dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La principal conclusión del importante estudio del PNUMA es que el 60% de los servicios de los ecosistemas, con inclusión del agua dulce, la pesca de captura, la purificación del aire y del agua, la regulación del clima regional y local, los riesgos naturales y las pestes se encuentran en estado degradado o utilizado de manera insostenible. Más de un tercio de los arrecifes de coral y manglares han sido destruidos o degradados en las últimas décadas del siglo XX. La actividad humana ha aumentado la tasa de extinción de especies hasta situarla cerca de 1000 veces por encima de la que sería natural. Un 30% de especies de mamíferos, pájaros y anfibios están bajo amenaza importante de extinción.
Asimismo, en la Evaluación del Milenio de los Ecosistemas se concluyó que el cambio climático es una de las principales causas de la pérdida de la diversidad biológica de nuestro planeta. Los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático han reafirmado que el cambio climático es real y que la continuidad de las emisiones de los gases de efecto invernadero en los índices actuales o un aumento en los índices, causaría un mayor calentamiento que induciría muchos cambios en el sistema climático global durante el siglo XXI, probablemente mayores que los observados. El Cambio Climático continuará afectando a nuestra vida y a los ecosistemas durante muchos años, siendo una de sus consecuencias la extinción de un número cada vez mayor de especies.
Esta pérdida de biodiversidad, a nivel de ecosistemas, especies y genes, preocupa no sólo por el importante valor intrínseco de la naturaleza, sino porque los recursos naturales son vitales para nuestra existencia, el mantenimiento de nuestras señas de identidad y nuestra forma de vida. Por este motivo, los líderes mundiales que asistieron a la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada en Johannesburgo en 2002 se comprometieron a conseguir para 2010 una reducción importante del ritmo de pérdida de la diversidad biológica. La Unión Europea ha asumido el compromiso de detener la pérdida de biodiversidad para el año 2010. La UE reconoce que alcanzar este reto exige repensar y redefinir las distintas políticas sectoriales.