Los últimos datos de la OCDEconfirman que el déficit de los estados miembros alcanzará del 5 al 6 por ciento del PIB en 2009/10 y que varios países de la Unión Europea, incluso España, excederán los límites del pacto europeo de estabilidad y crecimiento. [1]
Hoy, más que nunca, es necesario que los gobiernos sigan un camino de sostenibilidad financiera para no perder competitividad y la oportunidad de crecimiento a largo plazo. El IVA, impuesto sobre el valor añadido, ha tenido una historia de éxito en casi todo el mundo desde su primera aparición en los años 60 y hoy en día es el impuesto sobre el consumo más importante, siendo utilizado en más de 150 países. Este artículo tiene como objetivo analizar las características básicas del IVA e identificar su rol en el sistema financiero.
Para los países de la OCDE, el 31% de sus ingresos corresponden a los impuestos de consumo, y principalmente al IVA. Por lo tanto es uno de los pilares fundamentales en la recaudación fiscal. Este impuesto se aplica a una base amplia, es pagado por el consumidor final y los negocios se responsabilizan de la recaudación. Dado que, se emplea solamente sobre el valor añadido, es un proceso de etapas; es decir, existe una deducción para los intermediarios, y la cantidad pagada por el consumidor final equivale a la cantidad total del impuesto. [2]
En los últimos años, los sistemas fiscales han vivido transformaciones importantes hacía un sistema de impuestos indirectos, como el IVA. Dichas tendencias van en línea con la dirección impuesta por ministros de la OCDE, que se declararon abiertamente a favor de reformas impositivas que favorezcan el crecimiento a largo plazo. Estas reformas van dirigidas a un cambio de los impuestos directos (corporativos, personales y contribución a sistemas sociales) hacia los impuestos indirectos e impuestos de propiedad. [3]
Antes de la crisis, prácticamente ningún país en la Unión Europea había logrado unas finanzas equilibradas, ¿Es posible esperar una sostenibilidad financiera en tiempos de recesión?
Como es bien conocido, no existe ninguna receta mágica para lograr la sostenibilidad financiera. Podemos pensar en un aumento de impuestos, un recorte de gastos o una posible combinación de ambas medidas. Sin embargo, los aumentos de impuestos son altamente impopulares, especialmente durante y después de una etapa de recesión. Además hay que tener en cuenta que la carga fiscal alcanzó su límite en muchos países y un aumento sería contraproducente. Por otro lado, el margen para el recorte de gastos se ve limitado por las inversiones necesarias para la recuperación económica, los altos porcentajes de gastos definidos por ley y los cambios demográficos a largo plazo.
Con el objetivo de estimular la economía a corto plazo, algunos países han tomado medidas drásticas, como es el caso de Inglaterra que ha decidido bajar la tasa del IVA temporalmente. En España, en cambio, se decidió aumentar el tipo general del IVA dos puntos y el tipo reducido un punto a partir del Julio de 2010.
Son muchas las ventajas de los impuestos indirectos para los gobiernos. Entre otros factores, cabe destacar que son menos distorsionadores que los impuestos directos representan, una forma eficiente de recaudación y muestran una menor fluctuación a largo de la coyuntura económica en comparación con los impuestos corporativos o el impuesto sobre la renta.
Por lo tanto, el IVA es un elemento importante en los sistemas financieros de los estados que sin embargo en los sistemas actuales tiene sus debilidades:
Para las empresas, el IVA debería cumplir el principio de neutralidad, porque es pagado por el consumidor final. Sin embargo, muchas de ellas sufren por el trabajo administrativo que significa el impuesto para ellas. Según un estudio, el 36% del tiempo total que las empresas dedican al cumplimiento del pago de impuestos va dirigido a los impuestos de consumo. [4]
El segundo punto de crítica es que los sistemas de IVA, en la actualidad, no responden a las necesidades de la sociedad moderna, lo que se refleja especialmente en el negocio internacional. Inconsistencias en los sistemas nacionales puedan entorpecer el desarrollo del comercio internacional, generar incertidumbres y causar contribuciones dobles o tributaciones no existentes. Son necesarias reformas en los sistemas nacionales para que se cumpla con el principio de neutralidad.
Por último, muchos países usan excepciones de IVA mal enfocadas para corregir la distribución de ingresos, mientras aumentan innecesariamente la complejidad administrativa y los costes de conformidad. Los datos muestran que, en la actualidad, el IVA muchas veces es regresivo. Esto es, que en tasas absolutas los trabajadores de alto ingreso se benefician mucho más de las tasas reducidas que los trabajadores de ingresos medios o ingresos bajos. [1]
Para desarrollar un sistema eficaz y sostenible, la OCDE recomendó reconocer desde un primer instante la importancia del IVA dentro del sistema financiero. Al mismo tiempo es necesario modernizar los sistemas de IVA actuales, respondiendo a los cambios económicos y tecnológicos de la sociedad y alcanzar una mayor eficacia.
Para lograr dicha eficacia, es imprescindible simplificar los sistemas y minimizar los costes de cumplimiento, sin poner en riesgo la lucha contra el fraude. Otro punto a tener en cuenta es la aplicación del IVA a nivel internacional, especialmente para el sector de servicios, y minimizar el riesgo de doble contribución o su ausencia. [4]
Se pueden encontrar buenas prácticas internacionales, como es el caso de Nueva Zelanda, que introdujo el tipo único de 12.5%, y experimenta en la actualidad una amplia aceptación en la sociedad. [1] El gobierno de Nueva Zelanda, apostó por un sistema eficiente que se aplica a una base amplia, sin excepciones, con una tasa única. Dicha estructura hace que el manejo y el cumplimiento de la tasa no supongan dificultad excesiva para las empresas.
El objetivo final tiene que ser la implementación de un sistema de IVA que por un lado garantice la seguridad de ingresos del estado y por otro lado se comporte de una forma neutral, eficiente y simple. Con la implementación de la documentación electrónica, España tomó el primer paso hacía una administración más eficiente, sin embargo, para verdaderamente mejorar su rendimiento, tendrá que pensar en reformas estructurales como es la introducción de una tasa única.
[1] Christoph A. Schaltegger “VAT Contribution to Fiscal Sustainability in the Context of the Financial and Economic Crisis: Can the VAT Contribute to Fiscal Sustainability?”
[2] OCDE “Consumption Tax Trends 2008”
[3] OCDE, Lucerne Conference – Communiqué, September 2009
[4] World Bank Group y Price Waterhouse Coopers, “Paying Taxes 2009: the global picture”