El Pirineo central perderá el 50% de su nieve en 2050, y hasta un 80% antes de fin de siglo, según alertan las proyecciones del informe “Cambio Climático en los Pirineos” coordinado por el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático que recoge La Vanguardia. Desde 1959, las temperaturas en la cordillera han crecido un 30% más que la media global. Este fenómeno de calentamiento se atribuye, en gran parte, a las emisiones de CO2 provocadas por el hombre.

 

De 1984 a esta parte, ya han desaparecido más de la mitad de los glaciares y quedan tan solo 19, al margen de neveros sin dinámica glaciar. Se cifra además en un 2,5% el descenso anual de precipitaciones en la zona. El informe razona así que la pirenaica es una región especialmente vulnerable ante el cambio climático, con efectos adversos sobre la fauna y el bosque. Las plagas afectan cada vez más al pino debido a la ausencia de frío, y aunque el bosque avanza cada vez más a mayores alturas, la ausencia de agua en el suelo perjudica a su salud.

 

La perdida de productividad de los suelos, y la perdida de competitividad de las estaciones de esquí, puede agravar asimismo la problemática de despoblación de la ciudadanía de la región.