Hiria Kolektiboa está desarrollando en la comarca vizcaina de Uribe Kosta un proyecto del tipo Mapa de la Ciudad Prohibida que aprovecha las posibilidades de los mapas colaborativos, el proyecto emuk:
Se pretende realizar un diagnóstico urbano participado y abierto desde la perspectiva de género de cada municipio de la mancomunidad; tambien trabajar las demandas de mejoras urbanísticas en las zonas que generan inseguridad a las mujeres y hacer una reflexión sobre las consecuencias para el desarrollo de la vida cotidiana en municipios con un rápido crecimiento en los últimos años y con gran incidencia de los modelos de baja y media densidad.
Se ha trabajado en talleres con grupos de mujeres y en reuniones de trabajo con personal técnico municipal y responsables políticos de cada municipio.
Este proyecto ha supuesto una evolución del “mapa de la ciudad prohibida”, ya que hemos pasado de un análisis cerrado a una págína web como herramienta participativa y abierta.
El mapa recoge diferentes incidencias.
Se han clasificado las incidencias en cuatro apartados: accesibilidad, movilidad y dependencia, seguridad y representación simbólica.
En el apartado de accesibilidad se engloban todas las aportaciones relacionadas con el uso del espacio público: calles, plazas y parques; el acceso a los equipamientos, la idoneidad de su ubicación, su correcto servicio adecuado a las necesidades de la ciudadanía, las necesidades de nuevos equipamientos o servicios.
En el apartado de seguridad tienen cabida todos los comentarios relacionados con la (in)seguridad y la percepción de seguridad en el espacio público. Lugares que evitamos en nuestros recorridos habituales, zonas en las que nos ponemos en alerta al atravesarlas, espacios donde no tenemos un control visual del espacio con la sensación inseguridad que ello conlleva; y en general lugares que presenten problemas relacionados con alguno de los siguientes aspectos:
- Control visual del entorno.
- Ver y ser vistas.
- Oír y ser oídas.
- Tener siempre la visión de una salida o un lugar donde pedir ayuda.
- Limpieza y cuidado del entorno.
- Iluminación adecuada para el peatón.
- Sentimiento de pertenencia a la comunidad.
- Mezcla de usos frente a la zonificación (áreas de un solo uso en horario determinado).
En el apartado de movilidad y dependencia tienen cabida todos los comentarios relacionados con los deslazamientos tanto dentro de los municipios como en relación con el resto de municipios o del entorno. Problemas relacionaos con las paradas de autobús o las estaciones de metro, con la frecuencia, la fiabilidad horaria, la economía o la flexibilidad del servicio de transporte público. Así mismo todo lo relacionado con los itinerarios peatonales y los carriles bici. También se engloban en este apartado los problemas relacionados con el uso del vehiculo privado, problemáticas derivada del tráfico en relación con la autonomía infantil o la dependencia del coche para acceder a determinados servicios.
Y por ultimo en el apartado de representación simbólica se fija la atención en la nomenclatura de las calles, plazas, parques y edificios públicos así como en los iconos en la vía publica: estatuas, esculturas…
Me alegra ver que este tipo de proyectos de investigación-acción, que acercan el hacer ciudad a la ciudadanía que la usa (¿aplicación del pensamiento de diseño, tal vez?), están aprovechando las herramientas colaborativas que tenemos a nuestro alcance. En un post de hace unos meses sobre planeamiento inclusivo lanzaba esta hipótesis:
No conozco personalmente la mayoría de estos proyecto (tan sólo hace unos años estuve relativamente cercano al de Basauri), pero me surge la pregunta de qué tipo de herramientas y tecnologías se estarán usando hoy en día. En aquella ocasión, básicamente se realizaron talleres y paseos guiados por la ciudad para identificar puntos oscuros con percepción de inseguridad para las mujeres; sin duda, la mejor parte de este tipo de trabajos: personas cara a cara, trabajando sobre la realidad física, de forma intensiva. Pero hoy en día existen formas de multiplicar el número de participantes en el proceso utilizando mecanismos de geo-localización(para automatizar la identificación de espacios mediante fotos y colaboración entre las personas usuarias), herramientas de redes sociales(por ejemplo, ¿qué impacto tendría difundir estos procesos a través de Facebook, sabiendo que es usado con asiduidad por un público joven, con una visión muy real sobre los temas de inseguridad femenina), etc. En fin, este último punto lo dejo caer por si alguien conoce si las nuevas experiencias de mapas de la ciudad prohibida u otro tipo de experiencias de análisis urbanístico están incorporando esta vertiente. Si no es así, bien podríamos empezar a pensar en ello.
Bueno, pues ya están usándose.
Nota al margen: dos sugerencias sobre este tema:
- The Open Plannning Project, al que llego gracias a Massimo Menichinelli.
- Planning Aid, al que llego desde el blog de Narcìs Sastre.