La polución del aire en las ciudades es uno de los principales problemas de salud al que nos enfrentamos, causando más de 6,5 millones de muertes prematuras al año. Debemos implantar modelos que eviten la contaminación de origen, pero mientras tanto, nos llegan propuestas innovadoras para minimizar sus consecuencias negativas sobre la población. Como el empleo del musgo en el medio urbano, un filtro natural muy efectivo contra los contaminantes que rara vez se ve en las ciudades.

 

La propuesta proviene de la startup alemana Green City Solutions, cuya solución, llamada CityTree, es una instalación de cuatro metros de alto cubierta de musgo. Según sus creadores, la pared puede absorber tanto dióxido de nitrógeno y partículas contaminantes como 275 árboles naturales, siendo una instalación fácil de mantener de forma remota. Eso sí, mientras un árbol natural cuesta unos 830 euros cada década, un CityTree tiene un precio de 25.000 euros, que suelen costear empresas patrocinadoras.

 

La empresa ha instalado ya estas “CityTrees” en 25 ciudades del mundo (Berlín, Bruselas, Oslo, Hong Kong…); en cada lugar se seleccionan especies de musgo que se adaptan mejor al clima y ambiente. Las instalaciones incluyen bancos para sentarse, paneles solares para generar electricidad, sistemas de recolección de agua para el riego, y sensores de control de humedad, temperatura, calidad del agua y del aire.