portadaHace unos años escribí junto a dos compañeros de trabajo un pequeño estudio de sistematización de los criterios para organizar procesos participativos especialmente en procesos de planeamiento urbanístico, con el apoyo de la Escuela Vasca de Estudios Territoriales y Urbanos. Eran tiempos en los que desconfiaba de la web (y creo que, a pesar de todo, sigo desconfiando en cierta medida) y estaba más involucrado cara a cara, in situ, con personas reales y no avatares.

Así que he decidido revisarlos para ver si siguen siendo válidos en su aplicación a modelos de participación pública tipo 2.0. El estudio completo se puede encontrar aquí y fue publicado por Bakeaz. Con el tiempo, trataré también de rescatar en una serie de posts algunas de las experiencias a nivel europeo que identificamos, que creo pueden ser interesantes compartir de aplicación de procesos de participación ciudadana en la planificación y el desarrollo urbanístico.

El trabajo inicia con una serie de aspectos introductorios, entre los cuales están las ventajas de introducir la participación ciudadana en el proceso de decisiones públicas. Rescatando esos contenidos:

  1. La participación aporta elementos de información que sería imposible obtener de otra manera; puede ser una buena estrategia para la anticipación de conflictos y otorga mayor legitimidad a las decisiones públicas, pues crea un sentido de corresponsabilidad entre la ciudadanía y los agentes económicos y sociales; así mismo, contribuye a generar sinergias de diálogo y de acuerdo entre agentes y poderes públicos.
  2. La participación no aparece sólo como solución de problemas, sino como«construcción de problemas». Permite decidir cuál es el problema, construir problemas conjuntamente.
  3. Permite crear el hábito de participación entre la ciudadanía y el propio equipo municipal.
  4. Facilita la ampliación del ámbito de participación, llegando más allá de los líderes de opinión tradicionales.
  5. Posibilita la formalización de canales de comunicación entre los distintos sectores de la población.
  6. Contribuye a una resolución más eficaz de los problemas al lograrse mejores diagnósticos de las necesidades, mayor riqueza en la búsqueda de soluciones y movilización de recursos; además, es la llave para problemas cuyas respuestas están sólo en la comunidad.
  7. Fomenta la integración social, reforzando y estructurando las comunidades.
  8. Desarrolla el sentido de pertenencia y la identificación de las personas con su medio.
  9. Permite comprender mejor las decisiones alcanzadas.
  10. Puede facilitar la continuidad de las intervenciones decididas.
  11. Posibilita estrategias a largo plazo.

Como decía, en 2005 yo aún no había entrado a valorar las posibilidades del uso social de las nuevas tecnologías, así que el trabajo es claramente de orientación 1.0. sin embargo, descubro que hay elementos en esa clasificación de “bondades” de la participación que deberían inspirar la aplicación de herramientas basadas en redes sociales y en la colaboración a la hora de introducir la participación ciudadana en las decisiones públicas. He marcado en negrita las palabras o expresiones que me suena al “nuevo lenguaje 2.0”:

  • Mejorar el proceso de decisión introduciendo en el debate público intereses e informaciones sub-representadas es una de las ventajas que encontramos en la aplicación de herramientas 2.0 a la política, por ejemplo.
  • “Diálogo”, esa palabra que tanta esperanzas genera como razón de ser de la red.
  • Lared como “habíto”, como realidad en el comportamientos social de cada vez más personas (aún minoritarias, eso sí).
  • La red como plataforma para superar liderazgos tradicionales, jerarquías monolíticas basadas en la partidocracia y otros reductos de la sociedad no-conectada; la red como oportunidad para el nacimiento de nuevos liderazgos descentralizados, más incontraolados, más inestables y más abiertos a lo inestable.
  • La red como canal permanente, maleable, autónomo pero permeable también a la interacción con lo público.
  • Sin duda, el punto 6 da de lleno en la cultura red: crear respuestas desde el trabajo colaborativo, comunitario, desde diferentes puntos de vista, y generando conocimiento práctico, compartido y más creativo que la suma de las partes.

Como decía antes, seguiré revisando algunos de los planteamientos, por ver si podemos rescatar algunas cosas. Por ahora, intuyo que encontraremos más cosas útiles. Posiblemente, lo 1.0 y lo 2.0 son sólo conceptos que ordenan, pero detrás de ellos lo que hay son VALORES, y si son los mismo en 2005 y en 2008, tiene sentido que nos vayamos a encontrar con más coincidiencias.

Para terminar, puestos a rescatar viejos trabajos, también hace un par de añitos el Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) del Gobierno de Cantabria nos publicó un trabajo, menos teórico y con un sentido más práctico, relacionada con la participación ciudadana, en este caso vinculada a los procesos de sostenibilidad local. El manual se puede encontrar en esteenlace. En este caso, se trata sobre todo de una exposición muy sintética de técnicas sencillas de organización de talleres en un contexto de escasos medios (entidades locales, gran parte de ellas de tipo rural). Obivamente, talleres 1.0 al máximo. Ahora lo que “pega fuerte” es el unconferencing, Pecha Kucha Nights, Barcamp, World Cafe, y otros derivados. Apuesto a que los criterios para aquellos estos “inventos” (inclusividad, sencillez, dinamismo, alto rendimiento y eficacia, promoción de la creatividad personal, construcción en grupo,..) están también presentes en aquellos más tradicionales.

¿Será que está todo inventado? ¿Será que la tecnología cambia (de las tarjetas y papelógrafos al video streaming) pero la actitud y los valores permanencen?