Sí, se que es una de mis peleas o empeños, me pongo pesado. Simplemente quería actualizar el último post sobre el Fondo Estatal de Inversión Local, donde escribía cómo una eventual ronda de financiación de proyectos de desarrollo local en este contexto de crisis requería de una nueva orientación dirigida a promover de verdad un nuevo modelo productivo y de desarrollo económico. Las críticas a este Fondo las planteaba a finales de año y en ellas incidía más en la necesidad de apoyar a sectores realmente competitivos, que ofrezcan valor añadido a nuestra economía y refuercen activos productivos y no procesos especulativos o beneficios a corto plazo. De forma implícita, estos criterios tienen que ver con las condiciones de sostenibilidad de los proyectos a financiar.

Sirva todo esto para destacar que en el Debate sobre el estado de la nación, el presidente Zapatero indicó precisamente que está previsto lanzar un segundo Fondo de Inversión Local en 2010, con una dotación de 5.000 millones de euros que se destinarán “a la ejecución de obras medioambientales, tecnológicas, de equipamientos sociales y desarrollo de la Ley de Dependencia”. Este nuevo fondo ya se anuncia en la página oficial del Plan E, presentado como Fondo de inversión local para proyectos de sostenibilidad ambiental, tecnológicos y de atención social a personas dependientes o con discapacidad, con los siguientes contenidos (a todas luces provisionales o improvisados mejor dicho):

 

Creación de un nuevo Fondo de Inversión Local en los Presupuestos Generales del Estado para 2010 de apoyo al desarrollo de la nueva economía dotado con 5.000 millones de euros. Se trata de un Fondo dirigido a inversiones en poblaciones medianas y grandes, y concentrado en actividades en el ámbito de la economía verde, economía social, y desarrollo del capital humano y tecnológico. La aprobación de los proyectos financiables mediante este nuevo Fondo estará sujeta a criterios exigentes que garanticen su contribución a la mejora de la productividad de la economía española a largo plazo.

Este Fondo, junto con la propuesta del Gobierno para la creación el Fondo para la Economía Sostenible instrumentado a través del ICO, constituye la materialización de la apuesta del Gobierno para acelerar la transición hacia el nuevo modelo de crecimiento sostenible, generando nuevas inversiones y fuentes de empleo durante 2010, con el que se pretende mejorar las condiciones económicas, sociales y medioambientales de nuestro país.

 

Bueno, no está mal. Asumamos que gran parte de los 8.000 millones ya comprometidos en el primer fondo 2009 son euros enterrados en forma de cemento, ladrillos, baldosas y carteles promocionales. Y si de paso han conseguido solucionar historias personales de desempleo durante unos meses, bien, no está mal. Pero ahora empecemos a hablar en serio sobre ese nuevo modelo productivo, y ahora que se ha anunciado esta vía, sería bueno diseñarla bien. Por un lado, para no mezclar objetivos de protección ambiental, de construcción de una economía sostenible, de profundización de los derechos de las personas y de modernización tecnológica. Demasiado batiburrillo.

Habría que empezar por separar estrategias para cada objetivo, dotarlas a cada una de su propio fondo, concretar bien los proyectos a financiar y, al mismo tiempo, dar margen para que los ayuntamientos no tengan que “inventar la rueda” para conseguir dinero como sea, sino incentivar que se generen proyectos realmente útiles para ellos, basados en sus condiciones locales. Ofrecer un marco institucional suficiente pero no dirigista, que mire a largo plazo y que favorezca las inversiones productivas. No la productividad del siglo XX, sino la productividad que necesitamos para este siglo, para esta época.

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Foto de melpomene6 en Deviantart.

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