En el último cuarto de siglo la economía mundial se ha cuadriplicado, beneficiándose de ello millones de personas. Sin embargo, en el mismo periodo de tiempo el 60% de los principales bienes y servicios de los ecosistemas del mundo, de los que depende la supervivencia del ser humano, se han degradado o utilizado de un modo insostenible.
Una de las últimas publicaciones de UNEP, Hacia una economía verde. Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, gira en torno a esta problemática, ofreciendo argumentos que impulsen la transiciónhacia una economía que logre desacoplar la creación de riqueza de la degradación ambiental.
UNEP define la economía verde como aquella que mejora el bienestar del ser humano y posibilitar una mayor equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos medioambientales y la escasez ecológica. Además, la economía verde:
- Reconoce el valor del capital natural invirtiendo en él.
- Es primordial para la reducción de la pobreza.
- Crea puestos de trabajo impulsando la equidad social.
- Sustitue los combustibles fósiles por energías renovables y tecnologías bajas en carbono.
- Facilita una vida urbana más sostenible y reduce las emisiones de carbono del transporte.
- Permite conservar y recuperar el capital natural.
Tras analizar los beneficios de la economía verde, el documento expone una serie de medidas y directrices políticas para acelerar la transición hacia el nuevo paradigma económico:
- Establecimiento de marcos regulatorios sólidos.
- Priorización de la inversión y el gasto público hacia actividades de mejora ambiental.
- Limitación del gasto público en ámbitos perjudiciales para el capital natural.
- Aplicación de impuestos e instrumentos basados en el mercado para promover las inversiones e innovaciones de carácter medioambiental.
- Inversión en formacióny educación.
- Fortalecimiento de la gobernanza internacional.
En relación a estas medidas desarrolladas en el informe de UNEP, el artículo de Martin Jänicke del número 75 de Ekonomiaz, del que ya hablamos en elanterior post, establece cuatro consideraciones generales para el diseño de políticas de eco-innovación, las cuales impulsarán la transición hacia una economía verde. Así, Martin Jänicke expone enInnovaciones para un uso sostenible de los recursos: reflexiones y propuestas que:
- El establecimiento de objetivos ambiciosos, ampliamente ambiciosos y fiables son una condición necesaria.
- Se require un mix de políticas flexible que apoye el ciclo de innovación desde la invención a la difusión.
- Se debe dar un papel preponderante dentro de ese mix al régimen de precios (impuestos, tarifas, certificados, incentivos de mercado) y a la regulación.
- Por último, se señalan los clusters y las redes integradoras competentes com importantes actores en el proceso eco-innovador.
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(Imagen de portada de The Green Initiative, UNEP)