El mundo aumenta el consumo de electrónica de manera exponencial. Cambiamos de smartphone continuamente; de promedio, cada persona estrena nuevo móvil en menos de dos años. Esta dinámica nos ha llevado a una cifra récord de generación de desecho electrónico en 2016 de hasta 45 millones de toneladas a nivel mundial, según un nuevo informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de Naciones Unidas. Pero lo más preocupante es que tan solo se puede certificar que se recicla en torno al 20%.
Los 45 millones de toneladas de desechos tienen un valor económico de unos 47 mil millones de euros – 8 mil millones de euros se atribuyen a los smartphones –, pero la mayor parte de ese valor económico se pierde, lo cual se resolvería con el despliegue de un sistema de recuperación eficiente basado en la economía circular. No todo es atribuible a la obsolescencia, un millón de toneladas de basura electrónica corresponde específicamente a los cargadores eléctricos, los cuales no se suelen desechar porque dejen de funcionar. La Unión Internacional de Telecomunicaciones trabaja en nuevos estándares para los cargadores, para aumentar su compatibilidad.
Hay diferencias notables entre las distintas regiones del planeta. África genera solamente el 5% de la basura electrónica, mientras que Europa y Rusia generan el 28%, aunque llegan a reciclar el 35%. Las que más tiran de esta tasa de reciclaje son Suiza, Suecia y Noruega, donde se recicla hasta el 70%. Estados Unidos genera el 14% de desechos electrónicos y recicla menos del 25%, y China – con una población cuatro veces superior a EE.UU. –, genera el 16%, con un tasa de reciclaje del 18%.