Una entrada sobre un tema de actualidad. Estos días se está celebrando una nueva Cumbre sobre Cambio Climático en Polonia (COP 14). Esta cumbre, que tienen lugar en el seno de la United Nations Framework Convention on Climate Change, la estructura de negociación internacional de los acuerdos de lucha contra el cambio climático, es la continuación de la celebrada en Bali (COP 13) y se supone que es un paso más para avanzar hacia nuevos acuerdos que deberían estar listos para su firma en la conferencia de Copenhage (COP 15). En fin, es la historia que ya conocemos, mil veces repetida, sobre acuerdos que se quedan a medias, sobre paises que nunca acuerdan o que acuerdan no acordar que acuerdan ningún acuerdo que acuerden acuerdo alguno y una interminable verborrea técnico-diplomática digna de leer por una vez en la vida, aunque sea para reconocer lo absurdos que somos a veces como especie.
Hace unos años, en la época universitaria y del doctorado frustrado, me impliqué en la investigación de los procesos de negociación y de acuersdos multilaterales de medio ambiente. Hacer el seguimiento desde lejos de los diferentes órganos de negociación (conferencia de las partes, órganos subsidiarios, órganos y comisiones técnicas sobre diferentes artículos de los convenios, etc) dan cierta perspectiva sobre este tipo de cumbres. Aunque sea sólo para recopilar los enlaces, os dejo aquí, por si tiene algún interés, algunas cosas que preparé entonces:
- Los debates por la mejora de la gobernabilidad internacional del Medio Ambiente. ¿Necesitamos una Organización Mundial del Medio Ambiente?
- Las instituciones medioambientales globales ante la Cumbre de Río+10
- Conflictividad jurídica entre la normativa de la OMC y los Acuerdos Multilaterales sobre Medio Ambiente
- El debate sobre la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente
- Las medidas comerciales de los tratados internacionales de medio ambiente. Reflexiones sobre el multilateralismo medioambiental y la normativa de la OMC
En fin, que fueron años de muchas lecturas, mucho trabajo en solitario y muchas letras juntadas para nada. En realidad, este post ha nacido únicamente para compartir un video que acabo de ver. Os invito a dedicarle los poco más de 3 minutos que dura:
Se trata de la campaña THE BIG ASK, liderada por Friends of the Earth, que en mi opinión, incluye todos los matices típicos de la forma de comunicación de estas organizaciones. Veamos:
- Lanzamiento de una campaña aprovechando un gran encuentro internacional, como forma de vincular en la medida de lo posible su mensaje reivindicativo a la forma acrítica de reflejar las noticias en los medios tradicionales. ¿Oportunidad vs. oportunismo?
- Un discurso (oral y visual) basado en lo urgente, lo catastrófico, lo apocalíptico y lo brutal de la crisis medioambiental global. ¿Catastrofismo vs. realismo?
- Una utilización dual de símbolos (niños/as-adultos, colores-sombras, gente “normal”-“hombres del traje gris”,…). ¿Maniqueismo?
- Una visión mesiánica de “lo que se puede hacer”. ¿Lo que hacemos “nosotros” es lo adecuada y nada de lo que hacen “esos” sirve?
- Una puesta en escena basada en el “somos muchos”. ¿Es real?
Si habéis visto el vídeo, sin duda impacta; no sólo por su factura técnica y por el despliegue de medios. Encierra un fuerte mensaje de denuncia de esos “hombres del traje gris”, una figura casi poética que tiene mucha fuerza. ¿Quiénes son esos hombres? ¿Soy yo uno de ellos? ¿Realmente hay un movimiento de gente demandando cambios?
No voy a ser yo el que ponga en tela de juicio el papel de las organizaciones ambientales en la lucha contra el cambio climático; al contrario, aunque tienen sus limitaciones, son un medio válido para marcar socialmente los máximos a los que aspirar. Aunque sólo sea para que después las instituciones y gobiernos se queden a la mitad. Pero tengo mis dudas sobre la orientación de sus campañas, sobre todo si alientan el lado más catastrofista de las cosas.
A día de hoy, sigo involucrado en proyectos que tienen que ver con la lucha contra el cambio climático desde diferentes perspectivas, así que estoy razonablemente al día de las políticas y de los avances científicos que constatan la magnitud del problema. Pero tengo serias dudas de que el mensaje apocalíptico sirva como principio activo que desencadene el cambio.
¿Qué os parece?
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