Hub 3Seguimos resumiendo notas de viajes. El Eurostar hoy permite en poco más de dos horas conseguir la versión postmoderna de la Historia de dos ciudades, de Dickens: fugaz, inmediato y prácticamente a oscuras bajo los túneles del Canal, ahora estás en París y en un rato en Londres. The Hub era otro de los espacios de dinamización del emprendizaje social que queríamos conocer de primera mano, como plataforma internacional de centros de apoyo al emprendizaje que se presenta así:

 

We’re a social enterprise with the ambition to inspire and support imaginative and enterprising initiatives for a better world. The Hub is a global community of people from every profession, background and culture working at ‘new frontiers’ to tackle the world’s most pressing social, cultural and environmental challenges.

Y que define así el tipo de actividad que quieren promover en sus centros:

Hub 1

 

We’ve been working across four continents, and 12 cities to create places for people who change things. This is the ambition. We set out to create places that borrow from the best of a member’s club, an innovation agency, a serviced office and a think-tank to create a very different kind of innovation environment. Places with all the tools and trimmings needed to grow and develop new ventures. Places to access experience, knowledge, finance and markets. And above all, places for experience and encounter, full of diverse people doing amazing things. We call these places Hubs. In many ways we’re just getting started. And we’d like you to be part of it.

Como decía, esta especie de frqnquicia está presente en varios países y desde hace más de un año hay un equipo de personas lanzando un The Hub en Madrid, que se viene a sumar así a otroas inicitivas, más o menos similares, que se están promoviendo en nuestro entorno de forma coincidente en el tiempo.

Hub 4Estuvimos tanto en la sede de King´s Cross como en la de Islington. Básicamente, su trabajo está enfocado a dos líneas de intervención; por un lado, la gestión de espacios abiertos que ofrecen a los usuarios para que puedan disponer de un lugar donde desarrollar sus proyectos de forma temporal y encontrarse también con otros emprendedores, con un fuerte carácter social en muchos casos. Por otro lado, la entidad gestiona también diferentes eventos de difusión y promoción del emprendizaje, la creatividad y la innovación, siempre dirigidos a dar mayor valor a ser usuarios del centro, aunque también a generar mayor movimiento en la sede con otras personas que no son usuarias permanentes de las instalaciones de trabajo.

Actualmente el Hub Madrid está ya en los trabajos de diseño de su sede, concretando la forma de participación de los usuarios a diferentes niveles,buscando financiadores interesados en invertir en proyectos sociales, etc.

El hecho de que esta idea, surgida inicialmente en Londres, se haya ido extendiendo es una prueba de que estas cosas funcionan, que hay una cierta necesidad de espacios intermedios. Tampoco es nada nuevo, que parece que ahora queremos inventarlo todo. Los grandes clubes de gentlemen de la alta burguesía industrial ya buscaban lo mismo: un sentido de exclusividad y pertenencia a una clase social emergente que busca tener sus espacios de encuentro entre iguales para ponerse de acuerdo en nuevos negocios, intercambiarse información privilegiada sobre los movimientos de unos y otros, disfrutar de los gustos propios de su clase (cigarros caros, licores, música de cámara,…). La necesidad hoy es la misma, y estos espacios de los que he ido hablando estos días cumplen la misma función: ofrecer un lugar de encuentro a una nueva clase social supuestamente emergente -la de las personas dinámicas, conectadas, inquietas, etc.- para que se sientan partícipes de un proyecto común que les une, hacer networking, buscar proyectos en común, estar informados de actos, jornadas, ayudas, webs y enlaces, ver documentales, participar en redes sociales digitales, tomar parte en talleres, asistir a congresos, etc.

Hago la comparación sin ninguna ironía y estirando un poco la analogía. Lanecesidad es la misma, el ser humano siempre ha sido un ser social, mucho antes de que inventáramos eso de las redes sociales, e iniciativas como The Hub aciertan en ofrecer un mecanismo abierto, ágil y atractivo para apoyar a personas y proyectos que requieren de una estructura física pero, sobre todo, relacional, para poder impulsar sus proyectos. Eso fuimos a ver: cómo funcionan estos espacios, dónde está su modelo de negocio, los límites de la masa crítica (Londres funciona, París funciona, Madrid funciona,….¿seguimos hacia ciudades o pueblos de tamaño medio?), el papel de los dinamizadores, el tipo de proyectos que acogen, las actividades complementarias que se realizan, etc.

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