Las botellas de plástico suponen un reto importante para el medio ambiente, para empezar, tardan entre 100 y 500 años en degradarse, son uno de los envases contaminantes más comunes en nuestros mares y tienen un efecto directo que tienen en los incendios forestales, por no hablar de su elevado precio. Afortunadamente, parece que el mercado ha visto como ser ecologicamente responsable puede ser a la vez rentable, el primer paso lo han dado tres estudiantes de diseño industrial (dos franceses y un español) que han creado el primer envase de agua comestible.
Este envase se forma tras sumergir un bloque de hielo en cloruro de calcio, que crea una especie de masa gelatinosa alrededor del bloque de hielo para reforzarla más tarde con un extracto hecho de algas.
El proceso, pese a parecer totalmente innovador, fue empleado por primera vez en el año 1946 y toma el nombre de “esferificación”.