Los aparatos que conectamos a Internet se están multiplicando, por lo que el elevado consumo de energía que genera el sistema Wi-Fi supone un problema. Es por ello que un grupo de jóvenes ingenieros eléctricos de la Universidad de Washington ha ideado un nuevo sistema que consume 10.000 menos electricidad que el Wi-Fi tradicional, que han venido a llamar Passive Wi-Fi o Wi-Fi Pasivo.
El Wi-Fi que conocemos requiere de dos radios que se comunican entre sí, y discernir la señal de entre el ruido consume mucha energía. En el Wi-Fi Pasivo solo el router emite una señal de radio, y esa señal se transmite a los aparatos habilitados mediante un sensor pasivo que casi no consume energía. El sensor recoge la señal Wi-Fi y la transmite de manera legible a todos los aparatos con chipset Wi-Fi.
Por ahora es una tecnología de laboratorio, pero si tiene éxito, podría incrementar el número de aparatos conectados a la red, ya que está cerca de anular las restricciones energéticas previas de hacer que un aparato sea compatible con el Wi-Fi.