Alaitz Landaluze es ingeniera en telecomunicaciones y ha desarrollado su carrera profesional tanto en la empresa privada con en el entorno público. Actualmente es la Coordinadora General de Políticas de Innovación en la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, unidad desde la que Innobasque apoya a Lehendakaritza y a diferentes departamentos del Gobierno Vasco en el diseño y desarrollo de estrategias, programas y proyectos de I+D e innovación. Entre otros, su área gestiona la secretaría técnica del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación Euskadi 2030, apoya al Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente en la evaluación de los Centros Tecnológicos, así como al Departamento de Educación en la gestión de la Estrategia STEAM Euskadi.

Egun on Alaitz, eskerrik asko NAIDERen gonbidapena onartzeagaitik. Primero de todo, reconoceros a Innobasque el papel que jugáis de impulsores de los procesos de innovación en Euskadi desde hace tantos años. Seguramente, a veces tendréis la sensación de ir un poco por delante de la realidad de las empresas y del conjunto de la sociedad. ¿Cuáles consideras que son los principales retos para la sociedad y el tejido empresarial actual en materia de innovación? ¿Euskadi como ecosistema crees que está a la altura del momento?

El principal reto es incorporar a la dinámica de la innovación a la pequeña y mediana empresa tradicional, evitando una economía a dos velocidades. La digitalización y la sostenibilidad que la política europea está impulsando son clave para ello.

Incrementar el nivel tecnológico de nuestra industria, mediante el incremento de la inversión en I+D hasta niveles medios de la UE es otro de los retos. Estamos observando que tras la pandemia muchas empresas están realizando apuestas estratégicas basadas en importantes inversiones en I+D e innovación, en gran parte motivas por procesos de transformación en sectores estratégicos para nuestra economía, como es el caso de la automoción. Esto se ha reflejado en el excelente dato sobre la inversión en I+D de 2021 aportado recientemente por Eustat. Creo que esta es la senda que debemos seguir para alcanzar los niveles de inversiones que nos sitúen en la media europea.

Y el tercer reto es atraer a la juventud hacia las profesiones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), clave para el desarrollo presente y futuro de nuestra economía. El descenso de la natalidad, sumado a un descenso del atractivo de estos estudios, pone en riesgo ciertos sectores a medio-largo plazo.

En el Informe de Percepción de la Innovación  que editáis periódicamente desde Innobasque, los expertos consultados (un panel de referencia de más de 250 personas pertenecientes a las distintas entidades que configuran el sistema vasco de innovación) parecen coincidir, prácticamente de forma unánime, en que el esfuerzo en actividades de innovación va a seguir incrementándose en el futuro más inmediato. ¿A la innovación no le afecta la incertidumbre de la actual situación geo-política en Europa ni los impactos en la inflación o el coste de las materias primas? 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el estudio se realizó a finales de 2021, previo al estallido de la guerra en Ucrania. 

Según lo que hemos observado a lo largo de estos años, la actividad de innovación (medido por el % de empresas innovadoras) generalmente decrece en momentos de crisis. Esto no quiere decir que no haya empresas que innoven, sino que las que no lo hacen, principalmente porque están focalizadas en el día a día, son más. Por ello, es fundamental que desde las administraciones públicas se impulse la innovación, especialmente en momentos de crisis, tratando de apoyar a las pequeñas empresas en el desarrollo de proyectos de medio y largo plazo.

En ese mismo sentido, recientemente Eustat publicaba unos resultados provisionales muy favorables en cuanto al esfuerzo en I+D en nuestro país. En concreto, el gasto en actividades de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (I+D) aumentó el 10,4% en la C.A. de Euskadi en 2021 y el personal total de I+D en equivalencia a dedicación plena se incrementó el 6,7%. Es cierto que los efectos sobre el gasto en I+D en todos los países se dan con cierto decalaje respecto al ciclo económico. Teniendo en cuenta la coyuntura económica en la que nos encontramos ¿Es esta tendencia creciente asumible para los años venideros o entendéis en Innobasque que el esfuerzo en I+D se verá también finalmente retraído?

Como decía, estamos observando que las compañías tractoras están realizando apuestas estratégicas basadas en importantes inversiones en I+D e innovación, motivadas en gran parte por importantes cambios en sectores estratégicos para nuestra economía. Estos movimientos estratégicos coinciden con un incremento de la inversión pública principalmente a través de los fondos Next Generation. Por lo tanto, todo apunta a que la evolución va a estar muy influenciada por el flujo de estos fondos hacia la I+D+i de los sectores vinculados a nuestra economía.

Otro indicador positivo es el esfuerzo relativo. En relación al PIB, el gasto en I+D interna de la C. A. de Euskadi ha pasado del 2,08% de 2020 al 2,13% de 2021. Sin duda un comportamiento creciente desde hace ya varios años que permite vislumbrar una clara convergencia con la media europea (2,23% para la UE-27 en 2019). ¿Es la media europea la referencia y objetivo principal o se ha de ser más ambicioso y apostar por converger con las regiones más industrializadas y tecnológicas de la UE? ¿Qué mecanismos se están poniendo en marcha en cualquier caso para avanzar en esa convergencia? 

En términos generales la actividad de I+D suele estar vinculada a sectores de alta tecnología y traccionada por las multinacionales, que generalmente se localizan en las principales ciudades, especialmente en las capitales de Estado. Si bien Euskadi es una región industrial donde predominan sectores de alta y media-alta tecnología, tiene menor presencia de multinacionales, por lo que aspirar a lograr la media europea en inversión en I+D parece suficientemente ambicioso. 

Cuentas con una larga trayectoria trabajando en materia de Innovación y en el diseño, implementación y evaluación de políticas para su fomento. ¿Cuáles son los principales cambios que se han observado a la hora de hacer políticas de innovación? ¿Es difícil innovar en políticas de innovación? 

Destacaría dos cambios: el primero es la visión de que la innovación va más allá de la industria y que requiere la generación de ecosistemas donde interactúen diversidad de agentes y sectores socio-económicos. En el caso de Euskadi, este cambio se materializó cuando la política de I+D+i pasó a ser coordinada por Lehendakaritza.

El segundo cambio es que la política de innovación tiene que estar vinculada a ciertas políticas clave para que sea una política realmente transformadora. Me refiero especialmente a políticas sociales como Salud, Educación o Vivienda. Esta vinculación tiene dos objetivos, por una parte, garantizar la excelencia y orientación a las necesidades de futuro y por otra, desarrollar los sectores económicos vinculados. En Euskadi, esta evolución se ha venido desarrollando a través del despliegue de la RIS3, que ha permitido asociar de forma más sólida la política de innovación a políticas como salud, vivienda, o cultura.

Desde Innobasque tenéis un papel clave como secretaría técnica del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI) de Euskadi que se impulsa desde Lehendakaritza. Recientemente se ha publicado el PCTI 2030 que va a ser el marco de referencia de la innovación en Euskadi para los próximos años. ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo en torno a la innovación en los próximos años en Euskadi? ¿Qué lecciones se han aprendido del anterior Plan y como se han traducido en el actual? ¿Se ha visto reorientado el direccionamiento del PCTI tras los recientes acontecimientos como la COVID19 o el conflicto en Ucrania?

Como resultado del PCTI anterior, se logró el despliegue de la estrategia RIS3 y además se mejoró de forma sustancial la eficiencia del sistema, especialmente en lo relativo a las publicaciones científicas y las exportaciones y ventas vinculadas a sectores de alta y media-alta tecnología. El nuevo PCTI, aprobado en 2021, está muy ligado a la política de innovación europea y es una continuación del anterior. Concretamente pone foco, de forma resumida, en la integración de los retos sociales en la estrategia, el impulso a la innovación en pymes y la potenciación de la presencia de la I+D+i vasca en Europa. 

Este tipo de planes son de largo plazo y por lo general están vinculados a los cambios políticos, por lo que de momento no hay prevista una revisión hasta 2024, a pesar de los recientes acontecimientos que mencionas.

El PCTI 2030 apuesta por impulsar la ciencia, la tecnología y la innovación para acelerar la transición hacia una Euskadi digital, verde e inclusiva. ¿Son estas las principales vertientes que guiarán los procesos de innovación durante los próximos años? 

Sin duda. Además, los acontecimientos de los últimos años no hacen más que corroborarlo. Si la pandemia aceleró los procesos de transformación digital a nivel empresarial y social la guerra en Ucrania está haciendo lo propio con la transición hacia una sociedad más verde.

También participáis en la consolidación del modelo de gobernanza del Sistema Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación (SVCTI). ¿Consideras necesario contar con un sistema de gobernanza robusto que sirva de engranaje para llevar a cabo los procesos de innovación? ¿Cómo ves a Euskadi en este aspecto? ¿se contempla continuar profundizando en la colaboración y coordinación interinstitucional basada en un compromiso compartido por la innovación?

Efectivamente, un modelo de gobernanza robusto es fundamental para garantizar el éxito del plan, especialmente teniendo en cuenta nuestra complejidad institucional. De hecho, esta es uno de las principales claves de este nuevo plan. Hay que tener en cuenta que las políticas son cada vez más interdependientes entre sí y por tanto requieren de modelos de gobernanza sólidos para coordinar su ejecución.

El talento es considerado el núcleo central de la innovación y así lo reflejan también el propio PCTI y las partidas de gasto en innovación. ¿Cómo afrontáis desde la Agencia Vasca de la Innovación las crecientes necesidades de la sociedad en torno a las capacidades científico-tecnológicas? ¿Cuáles son las principales vertientes de trabajo para la promoción del talento científico, tecnológico y empresarial?

Esta es una línea que desde Innobasque llevamos trabajando desde nuestros orígenes y que en los últimos años se ha incorporado con fuerza a la agenda, con especial foco en las niñas. El descenso de la natalidad sumado a una menor afección por lo que denominamos carreras STEM y una creciente presencia de la tecnología en la industria está empezando a generar cierta tensión en los departamentos de Recursos Humanos de importantes compañías. Nuestro trabajo en este sentido está ligado a la estrategia STEAM Euskadi que lidera el Departamento de Educación. Hay muchas acciones y muchas entidades que ya vienen trabajando en esta línea en Euskadi y nuestro trabajo, en primer lugar, está siendo la de identificar, reconocer y, en la medida de lo posible, impulsar aquellas que mayor impacto tienen. Para ello, hace ya más de dos años que colaboramos en la gestión de los STEAM Sariak. Estamos tratando de hacer un esfuerzo por mostrar muchas de las profesiones que están detrás de estas empresas que en muchos casos son desconocidas tanto para los jóvenes como sus familias. Al mismo tiempo, tratamos de ayudar al profesorado a generar contextos de aprendizaje más reales, contribuyendo a mostrar la utilidad de muchos conceptos asociados a las materias STEM para hacerlos más entendibles y atractivos. Todo este trabajo requiere de un elevado nivel de colaboración entre el sector educativo, las empresas, la universidad, etc. que estamos desarrollando a través de la red STEAM Sare. Además, estamos muy presentes en los principales foros europeos tratando de conocer y traer las mejores prácticas.

A diferencia de otras coyunturas económicas, parece que esta vez desde Europa se está apostando por impulsar la innovación a todos los niveles y se espera un fuerte despliegue económico, entre otros aspectos, en programas de ayudas para el fomento de la innovación (por ej. Horizonte Europa) . ¿Qué aspectos son importantes para que un territorio esté bien posicionado a la hora de acceder a fondos europeos destinados a innovación? ¿Cómo se ha afrontado este proceso desde las administraciones y empresas vascas? ¿se empiezan a ver ya los frutos? 

Euskadi tiene una larga trayectoria en esta línea y gracias a ello se ha situado entre las regiones top 10 en participación en el último Programa Marco. Es un trabajo de muy largo plazo donde las grandes empresas, los centros tecnológicos y las universidades juegan un papel tractor clave. Elementos como la Estrategia de la I+D+i vasca en Europa, el Observatorio de proyectos asociado que gestionamos desde Innobasque, así como lo servicios de apoyo que ofrecemos diferentes instituciones son también importantes.

El trabajo en red que realizamos es también fundamental para garantizar nuestro posicionamiento estratégico en Europa. Gracias a ello se coordina la presencia vasca en los principales foros donde se definen los programas de trabajo vinculados a las diferentes líneas del Programa Marco. 

Innovar no es cosa sólo de unos cuántos alumnos aventajados, ¿qué aspectos consideras fundamentales para lograr extender los esfuerzos que se realizan en materia de promoción de la innovación (financiación, programas de capacitación, etc.) al conjunto de la sociedad? ¿La ciudadanía está sensibilizada y se siente partícipe del proceso innovador? 

La innovación se desarrolla a través de ecosistemas y, por tanto, su impulso requiere de un trabajo en múltiples líneas. El compromiso político, la cultura y ambición empresarial, el nivel internacionalización de la región o el nivel educativo son algunas de ellas. En mi opinión, el éxito radica en involucrar a la sociedad en este ecosistema y hacerle protagonista, en lugar de entender su papel en un segundo plano.

Eskerrik asko, Alaitz. Un placer conversar contigo y ayudarnos a entender un poco mejor vuestro trabajo y a animarnos a seguir poniendo nosotros también nuestro granito de arena en el proceso de innovación permanente de nuestro entorno, nuestras empresas y nuestros territorios.