Si observamos los planes de estudio de carreras universitarias en torno a la Economía, la Administración u la Organización, a menudo nos encontramos con programas de Sostenibilidad, Política Ambiental o de Medio Ambiente y Cambio Climático. Sin embargo, en muy pocas ocasiones se encuentran programas de Ecología, dado que es un concepto mucho más amplio, y estos buscan ser más especializados en la temática general de la carrera.

Sin embargo, el medio ambiente como concepto y la ecología no son lo mismo. Por un lado, la gestión ambiental podría definirse así: “Las acciones que el gobierno u otras organizaciones toman para cuidar o proteger el medio ambiente, ​como resultado de la interacción de los intereses económicos y sociales, para conseguir un desarrollo sostenible”. La ecología, por otro lado, es “el estudio, la comprensión y la experiencia de todo el ecosistema y cómo las diversas formas de vida se relacionan entre sí”. Es decir, estamos enseñando cómo proteger el medio que nos rodea, sin explicar en qué consiste ni como interacciona.

Tanto la ecología como la economía, ambas provienen de raíces griegas. ‘Eco’ u ‘oikos’ en griego significa hogar. ‘Logía’ o ‘logos’ significa conocimiento y ‘nomia’ o ‘nomos’ significa gestión. Entonces, la ecología es el conocimiento del hogar y la economía es la gestión del hogar. Por tanto, existe una conexión obligada entre la economía y la ecología. Sin ecología no hay economía.  Esto desemboca en que los administradores de la economía mundial no tienen en cuenta la ecología en la toma de decisiones. Así, en nombre del crecimiento económico, del progreso y del desarrollo, la naturaleza ha quedado reducida a un mero recurso. Tanto el estudio de la economía como su administración actual tienen muy poco que ver con el estudio de la gestión de la Tierra, sino con la gestión del capital.

Remarcando que la producción y el consumo son necesarios, estos deberían ser medios para un fin. El objetivo final debe ser el bienestar de las personas y la integridad del planeta. Una economía basada en el consumismo es una economía lineal. Tomamos de la naturaleza, la usamos y luego la tiramos con la consecuencia de que termina en vertederos, en ríos y océanos y en la atmósfera. Necesitamos reemplazar esta economía lineal con una economía circular.

Hasta ahora estábamos en la Era de la Economía, pero ahora estamos entrando en la Era de la Ecología. Y en esta era la integración de estos dos conceptos es un imperativo urgente de este siglo. Gradualmente debemos ir integrando la ecología con la economía en la toma de decisiones, sabiendo qué estamos gestionando y para qué, de forma que las políticas ambientales y de sostenibilidad tengan una base real. Y para ello debemos volver a las raíces estas palabras, fomentando la creación de equipos interdisciplinares dónde los economistas y ecólogos trabajen para volver a unificar la economía y ecología.  

*Artículo basado en la ponencia para la London School of Economics (LSE) y la publicación en la revista The Ecologist, ambas por Satish Kumar.

Fotografía: Olivia Mobbs


Artículo disponible en la publicación de invierno de Naider.