Julio de 2019 fue el mes más cálido a nivel global desde que existen registros, según datos preliminares de Copérnico, el Servicio de Monitorización Atmosférica de la UE.  Aunque el récord de julio no puede relacionarse directamente con el cambio climático, la comunidad científica comparte ampliamente que las emisiones de CO2 de origen humano hacen que nuevos picos de temperatura sean más probables. La temperatura de julio llega tras varios meses en 2019 que han sido comparativamente más cálidos que en años previos, y esta tendencia se está evidenciado en Groenlandia, donde 197 mil millones de toneladas de agua se derritieron durante el último mes.

De acuerdo a un reciente estudio publicado en la revista Nature, el rápido ritmo de cambio de temperatura actual no tiene precedentes en 2.000 años, evidenciando el efecto de la actividad humana en el calentamiento global que vivimos desde la industrialización.

Ante las consecuencias catastróficas que se ciernen sobre la vida, a menos que realicemos cambios urgentes para frenar el calentamiento global,  son cada vez más las instituciones que han dado el paso a declarar la alerta.

Recientemente, más de 7.000 universidades e instituciones de educación superior han declarado la emergencia climática en una carta conjunta dirigida a Naciones Unidas. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU), entre otras, ser ha adherido a la declaración. En el documento, las universidades se comprometen a alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2030, impulsar la investigación y técnicas aplicadas y dedicadas al cambio climático, así como la creación de programas de educación ambiental y sostenibilidad, y a facultar a la comunidad para la determinación y puesta en marcha de medidas para la mitigación y adaptación a los efectos el cambio climático.