Bilbao, la ciudad de la Luz (I)
Hace unos días mi querido colega Antxon Olabe publicaba en el diario EL PAIS una muy lúcida disertación sobre los nuevos desafíos que debía abordar Bilbao para realizar lo que el denomina su モsegunda transformaciónヤ, tras la derivada del efecto Guggenheim. Me ha parecido una estupenda excusa para plantear algunas cuestiones más y un fenomenal punto de arranque para profundizar el debate sobre el modelo de desarrollo de Bilbao en los próximos años.
No quiero entrar a cantar las excelencias de la urbe (que tiene muchas) ni tampoco las cosas que no funcionan tan bien (que seguramente también son demasiadas). Estamos en verano y no quiero aburrir más de lo necesario. Pero sí que me gustaría ir lanzando algunas ideas para retomarlas más adelante y realizar (si a alguno de los pacientes lectores interesa) un análisis más sosegado de aquellas más interesantes. En el presente artículo lanzaré la primera idea fuerza a ver cómo suena: モBilbao, ciudad un millón.ヤ
Bilbao es una realidad geo-socio-política (si me permiten el palabrejo) que va mucho más allá de las lindes municipales de la Villa de Bilbao y se extiende a lo largo de toda la Ría que deja el Nervión en su camino al mar e incluso invade valles limítrofes donde se han asentado centros universitarios, el aeropuerto internacional, parques empresariales, etc.
Es indudable que existe un continuo de ciudad de casi un millón de habitantes conformado por una cincuentena de núcleos urbanos (arropados a su vez en más de 30 municipios a los largo de la Ría). La creciente visión metropolitana se advierte no tanto en el hecho de que existan núcleos urbanos pegados unos a otros o de que cada vez se desarrollen más equipamientos e infraestructuras compartidas sino que, desde mi punto de vista, lo más determinante es el hecho de que la movilidad y el tránsito interurbano de los ciudadanos sea, en estos momentos, enorme. Mayor que nunca. Desde luego, la red de metro y ferrocarril metropolitano y el resto de las infraestructuras de comunicación puestas al servicio de los ciudadanos en los últimos años no han sido ajenas a este proceso creciente de integración social y urbana.
Vivir en Algorta, trabajar en Zamudio, cenar en Bilbao y comprar en el MegaPark de Barakaldo es algo tan habitual como residir en Cruces, salir en Deusto, ir a la playa de La Arena en Muskiz y acudir a un concierto en Bilbao. Residir, estudiar, trabajar y consumir es ya independiente de la localización. Todo es accesible. Todo está cerca. Todo es parte de la misma ciudad.
Esta creciente concepción global se pierde, sin embargo, en la praxis administrativa. Con la revolución Guggenheim se experimentó lo que a mi juicio fue uno de los mejores instrumentos de gestión urbanística que se conocen en Europa. En torno a la sociedad Bilbao Ría 2000, se coordinaron los intereses urbanísticos de amplias zonas de los dos municipios más poblados de la urbe (Bilbao y Barkalado) y se obtuvieron réditos incuestionables en Abandoibarra, Amézola o Galindo.
Hoy, sin embargo, parece que este instrumento languidece porque su función planificadora se está descafeinando y está pasando a ser una empresa para-pública que construye pero no planifica.
Desde aquí mi sugerencia de reinventar y potenciar este instrumento coordinador y gestor, no ya sólamente con vocación de recuperar la fuerza de los primeros años sino para terminar acogiendo en su seno al conjunto de municipios de la metrópoli. Sería una forma excelente y muy operativa de recuperar desmanes urbanísticos indeseables como los que aún hoy observamos en muchos núcleos a lo largo de la urbe y una herramienta potente para profesionalizar la gestión de las autoridades urbanísiticas de las localidades de menor dimensión, uniendo capacidades en beneficio de todos.
Más aún. Algunos abogamos además por extender este tipo de instrumento de coordinación también a otros ámbitos de la vida urbana. Me estoy refiriendo a inventar los Bilbao Ría 2000 de la CULTURA (garantizar el acceso universal de todos los ciudadanos a los bienes de la cultura bien merece un poco más de coordinación para llegar a todos los núcleos urbanos; no sólo a los centrales);
el TURISMO (mucho más razonable parece vender Guggenheim-Bellas Artes-Puente Colgante-Ereaga-Casco Viejo como un paquete integral que vender en solitario por el mundo las supuestas bondades turísticas de municipios como Baralkaldo o Erandio. como vemos que intentan hacer sus responsables políticos);
el EQUIPAMIENTO PÚBLICO (planificar, ordenar y coordinar el equipamiento deportivo, educativo o cultural de los distintos núcleos urbanos puede ser una buena forma de evitar las imprtantes disparidades existentes entre unos y otros municipios y hacer frente al déficit estructural existente en esta cuestión si comparamos con las capacidades de ciudades hermanas como Vitoria, Pamplona o Donosti);
la VIVIENDA (planificar vivienda mirando sólo las necesidades de un único municipio o núcleo urbano, con independencia de otras calificaciones, puede llegar a ser insolidario e injusto para con núcleos o municipios que ya tienen colmatado su capacidad física de crecimiento; el Bilbao metropolitano debe planificar las necesidades presentes y futuras desde una realidad integral de forma que se tenga la suficiente perspectiva y capacidad para satisfacer el acceso a la vivienda como derecho cívico para todos sus ciudadanos y gestionar las demandas más sofisticadas a las que una urbe internacional debe saber responder);
la INTEGRACIÓN SOCIAL (la dispersión administrativa y competencial puede favorecer la consolidación de algunos guetos emergentes y la conformación de espacios urbanos socialmente desintegrados y urbanísiticamente degradados; difícil va a ser para algún municipio gestionar en solitario los procesos de inmigración que se están registrando: el colapso social está asegurado);
la PROYECCIÓN INTERNACIONAL (no es lo mismo vender un humilde Bilbao de 300.000 habitantes, un Portugalete de 40.000 o un Astrabudua de 10.000 que un Gran Bilbao de un millón: seguro que en los centros de decisión económicos, culturales y políticos no te reciben, precisamente, de la misma manera);
o el DESARROLLO ECONÓMICO (en una economía globalizada donde el conocimiento y la innovación son los estandartes de la competitividad, las oportunidades para una ciudad-región como Bilbao son enormes si se saben gestionar y catalizar) etc.
Hay muchos otros elementos que no he emcionado (transporte, comercio, medio ambiente…) para resaltar los más urgentes a mi juicio. En fin, la idea モBilbao, un millónヤ es posiblemente una quimera pero algo de todo esto que comento va a haber que hacer en el futuro si queremos racionalizar algunas cosas y situarnos en la vanguardia europea de ciudades. La verdad es que a pocos líderes políticos y sociales les oigo hablar en estos términos. Quizás ande un poco despistado pero, para mí, que los ciudadanos de la metrópoli caminan, en compañía del sentido común, en esa dirección.