Los enfoques tradicionales del medio ambiente y la salud se han centrado predominantemente en peligros individuales en medios naturales compartimentados. En la actualidad, se reconoce que la dinámica entre el medio ambiente, la salud y el bienestar es compleja, destacando la importancia de un tema emergente dentro de la salud pública: la salud ambiental.

La contaminación de nuestro entorno o los eventos climáticos extremos tienen grandes repercusiones en nuestra salud. Entre los principales riesgos para las poblaciones urbanas se incluyen una mayor exposición a la contaminación del aire, altos niveles de ruido o el efecto isla de calor.

Esta relevancia se hace aún más presente cuando se cuantifica el peso de los determinantes ambientales en la salud. Según la OMS, se estima que en 2012 los factores ambientales fueron causantes del 13 % de las muertes en la UE, y, según la OCDE, la contaminación atmosférica en las ciudades será para 2050 la principal causa ambiental de mortalidad. Algunos datos publicados por la AEMA dejan clara la importancia de la salud ambiental:

  • La contaminación del aire es el principal factor ambiental que contribuye a la morbilidad y mortalidad, con alrededor de 400.000 muertes prematuras cada año en la UE.
  • Las olas de calor son el clima extremo más mortífero en toda Europa, y las áreas urbanas se ven particularmente afectadas por el efecto isla de calor. Bajo los escenarios climáticos actuales, las muertes adicionales debido a las olas de calor podrían llegar a más de 130.000 por año.
  • En Europa se estima un incremento en la mortalidad entre 1-4% por cada grado de temperatura que aumente, es decir, un aumento de más de 30.000 fallecimientos anuales en la década de 2030.
  • La exposición al ruido ambiental causa 12.000 muertes prematuras al año y contribuye a 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica anuales.

Asimismo, se subraya que dichas muertes podrían prevenirse revirtiendo la degradación ambiental y eliminando los riesgos ambientales para la salud.

Las soluciones ecológicas, como la ampliación de los espacios verdes y azules de alta calidad en zonas urbanas, ofrecen una triple ventaja, al mitigar la contaminación ambiental, abordar impactos del cambio climático y fomentar la biodiversidad, mejorar la salud y el bienestar de la población y, a su vez, fomentar la cohesión social.

Otro aspecto destacable es que estas variables ambientales presentan sinergias y relaciones entre sí, por lo que, conocer las relaciones que existen entre los diferentes factores ambientales, la salud y la calidad de vida es fundamental para desarrollar soluciones conjuntas. La evidencia sugiere que normalmente es una combinación de factores lo que impacta en la salud e intensifica los efectos sobre personas vulnerables.

En cualquier caso, el enfoque de la salud desde la perspectiva medioambiental muestra un gran potencial, lo que deja margen para seguir mejorando la comprensión, estudio y desarrollo de variables e interrelaciones. Para este análisis del efecto de los determinantes ambientales en la salud de las personas se deben diseñar protocolos de trabajo que pongan el foco en la biomonitorización y la medición de indicadores como los Años de Vida Ajustados por Discapacidad o AVAD, riesgo relativo, mortalidad prematura o años de vida perdidos, entre otros.

Con todo esto, lo que se busca es transmitir que para luchar contra los crecientes datos de morbilidad y mortalidad en salud ambiental, resulta crucial  implementar una perspectiva integradora, definida a través de políticas y planes de acción que tengan el propósito común de proteger la salud de la ciudadanía y, en particular, de aquellos segmentos de población como la infancia y las personas mayores, que resultan más vulnerables.