En los últimos años se ha hablado mucho del Bitcoin, la divisa digital que opera sin un banco o autoridad central. Sin embargo, es la tecnología Blockchain que sostiene al Bitcoin la que se está presentando como el gran hallazgo que puede transformar la economía, más que la propia criptomoneda. Blockchain es un sistema de registro, o “libro mayor” de acontecimientos digitales, descentralizado, immutable, que permite a los usuarios hacer transacciones de manera segura, eliminándose la necesidad de una autoridad confiable que gestione y almacene los datos, como el gobierno, un banco, o un notario. Un sistema de registro de información basado en el consenso distribuido, que ofrece mayor privacidad y seguridad que cualquier base de datos centralizada, tiene posibles aplicaciones en multitud de sectores, más allá del pago digital.
Por de pronto, la tecnología Blockchain puede servir para encontrar la solución a grandes problemas que frenan la llegada al gran público del Internet de las Cosas, en cuanto a la necesidad de autenticación en tiempo real de billones de transacciones entre “cosas”. Grandes empresas como IBM ven en el blockchain una “elegante solución” a este problema. Siguiendo en el campo del IoT, la startup alemana Slock.it ha desarrollado, por ejemplo, cerraduras físicas “smart” que pueden “abrir” un apartamento o una bicicleta mediante una gestión blockchain, lo que nos puede sugerir una “economía colaborativa atomizada” sin intermediarios como AirBnB.
En el ámbito de las instituciones públicas, el blockchain promete nuevas sistemas de voto y de participación ciudadana, ofreciendo garantías de seguridad y la posibilidad de que la participación pueda ser más frecuente. Un informe del gobierno británico de 2016 contempla el potencial de la tecnología para agilizar la burocracia en la recaudación fiscal o la entrega de documentos de identidad, o en general “asegurar la integridad de los registros y servicios del gobierno”. Por otro lado, en el sector bancario tradicional, que pudo ser en principio el enemigo declarado del Bitcoin, se está pidiendo a firmas como R3 desarrollar sistemas de registro privados que tomen elementos del blockchain para las transferencias interbancarias transnacionales.
El sistema asociado al Bitcoin se ha utilizado para actividades de muy dudosa reputación, pero también se está pensando en aplicaciones del Blockchain para causas nobles. El economista peruano Hernando de Soto, activista en contra de la pobreza, lo ve como una oportunidad para los cinco mil millones de personas en el mundo que viven sin documentación ni registros adecuados de su identidad, propiedades o actividades económicas, colocados en una débil posición para abrir una cuenta bancaria, pedir un préstamo, o acceder a seguros.