El informe Tendencias Globales en la Inversión en Energías Renovables 2016, publicado el 24 de marzo de la mano del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, revelaba que en 2015, por vez primera, la inversión en renovables fue mayor en los países en desarrollo que en los países desarrollados. Esto se explica en parte por la enorme inversión en China, donde se dio un tercio de la inversión mundial anual en energías renovables. Y en el lado contrario de la balanza está el declive en Europa, donde la inversión ha descendido un 21% respecto a 2014, y un 60% respecto a 2011.
El impacto de la crisis ha provocado importantes recortes en los países más afectados, pudiendo destacarse a España, pero también hay otros factores que puden estar frenando la inversión en países que ya tienen una producción significativa y son líderes en renovables. O eso defiende el co-autor del informe Ulf Moslener, profesor de Finanzas de la Energía Sostenible en la Frankfurt School. Moslener apunta que los sistemas de energía de estos países no están aún preparados para capturar adecuadamente la energía para los momentos en los que el viento no sopla o el sol no brilla. Según defiende, para seguir creciendo en renovables son necesarios cambios estructurales sustanciales: actualizar las redes eléctricas y añadir capacidad de almacenamiento de energía.