El documento Science, Research and Innovation Performance of the EU 2016: A contribution to the Open Innovation, Open Science, Open to the World agenda, publicado este último mes de marzo por la Comisión Europea, concluye, tras el análisis del desempeño de los 28 países de UE en investigación e innovación, que Europa debe capitalizar mejor los resultados de su I+D para estimular el crecimiento económico y la creación de empleo de calidad. La brecha de productividad respecto a EE.UU., de un 15%, no ha hecho más que crecer durante los años de crisis, y el informe lo achaca a la relativa infra-inversión en I+D, y a la incapacidad para reorientar la economía hacia actividades intensivas en conocimiento. La UE sigue especializada, en su lugar, en sectores de tecnología media-alta como la automoción y sus componentes. La inversión anual en I+D en la unión es del 2% sobre el PIB, lo cual queda lejos del intenso crecimiento de la inversión en I+D en países como China o Corea del Sur, muy dinámicos en los últimos años.
En relación a la inversión pública en I+D, el documento muestra como condición previa para una base científica de calidad que exista un nivel adecuado de financiación pública. Los países que invierten más que la media en investigación pública tienden a ser los que tienen un sistema de mayor rendimiento en excelencia científica. A este respecto, preocupa que algunos países con baja calidad de ciencia – como Bulgaria, Rumanía, Croacia y Hungría – hayan reducido la inversión pública en los años de crisis. La tendencia negativa de inversión pública entre 2009 y 2014 fue también especialmente notable en países como España (-14%), además de Eslovenia (-15%) e Irlanda (-14%).