Encima de la mesa, un libro. La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del “Modelo Barcelona”, de Manuel Delgado, experto en la investigación de la construcción de identidades colectivas en espacios urbanos. Quien me lo presta avisa que es un libro muy crítico y demoledor, y la contraportada confirma esta presentación. No tengo hoy tiempo para revisarlo, pero queda pendiente su lectura y posteriores comentarios. Algunas palabras que llaman mi atención: ciudad prohibitiva, lugares de olvido, la ciudad como laberinto, violencia urbanística, el mito del espacio público,….
¿Alguien se ha leido ya el libro? En su momento, en este blog ya escribí un post relacionado con Barcelona (Odio Barcelona) y su aparente pérdida de fuerza y vitalidad. Andrés Martínez publicó un excelente post (¿Qué le pasa a Barcelona?) sobre este tema también, a partir de un artículo de antón costas en El País. Y en Ciudades enrededadas también se habló del tema (Barcelona, ¿víctima de una depresión colectiva?).
A la espera de poder leerlo, como muchas promesas (incumplidas muchas de ellas) que hago en este blog, sugiero hoy dos enlaces a noticias sobre Barcelona:
- En It´s a funny old World tenemos un post titulado Towards a healthier, happier, eco-effective Barcelona, que sugiere diferentes ideas para activar la vida de la ciudad.
- En Plataforma Urbana encontramos un post sobre el Plan Estratégico Cultural de la ciudad y sus potencialidades para activar la vida cutlural.
También recuerdo que ADN publicó un artículo (Ellos también odian Barcelona) en el que diferentes escritores presentaban una visión más descarnada que el relato oficial hace de la ciudd.
¿Cómo os suenan estas propuestas? Yo, por ahora, tengo un viaje previsto a la ciudad el próximo martes, a estar en el encuentro Sociedad Red y trataré de tomar el pulso a estas cuestiones. Pero es cierto que sin vivir en la ciudad, escucho y leo referencias que me hablan de una suerte de pereza urbana, una falta de impulso social desde el lado más institucional. Pero, al mismo tiempo, ya advertí en su momento que, frente a esta visión, Barcelona sigue manteniendo una capacidad de organización social, de impulso desde la militancia y de generación de nuevas dinámicas, quizá más allá, en contra o a pesar deldiscurso oficial de construcción de la identidad.
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