La rehabilitación energética de edificios es hoy una realidad. Ante la crisis climática y la necesidad de alcanzar las cifras de descarbonización fijadas, la energía consumida en edificios se perfila como uno de los principales focos en los que actuar.

Los edificios suponen un 30 % de la energía final consumida en España, así lo apunta el PNIEC (Plan Nacional Integral de Energía y Clima). La causa radica en que más de la mitad del parque de edificios residenciales del Estado Español es anterior a 1980. Por aquel entonces, los edificios no tenían obligación de incorporar aislamiento, motivo por el existe una gran demanda energética para climatizar los edificios actualmente.

Este despilfarro energético se ha venido tratando durante las ultimas décadas por temas sociales y económicos como la pobreza energética y la vulnerabilidad de un sector de la población que tiene dificultades para asumir el gasto de calentar su vivienda, así como por el elevado precio de las facturas de luz y gas. Se estima que alrededor de un 10% de la población vive en condiciones de pobreza energética y la cifra aumenta cuando hablamos de dificultades importantes para pagar la factura mensual correspondiente. Sin embargo, no ha sido hasta que se ha confirmado la urgencia de la descarbonización del país, que se han identificado los edificios y su rehabilitación energética como un foco prioritario a tratar. Y es que las cifras los señalan como un sector con gran potencial de mejora. Así, los edificios que han realizado las obras de rehabilitación han disminuido sus facturas en un 50%-60%, con el consiguiente ahorro energético y el aumento de calidad de vida. Es tal la capacidad de actuación que la recientemente aprobada Ley de Cambio Climático lo ha incluido entre las principales líneas de actuación en consonancia con la mejora en la eficiencia energética. El Green Deal Europeo marca el objetivo: alcanzar la neutralidad climática en 2050.

Actualmente el estado rehabilita a un ritmo de 30.000 viviendas al año, pero debería aumentarlo a 300.000 viviendas anuales para llegar a los objetivos fijados.  Es por ello por lo que las distintas administraciones y entidad, pero principalmente el Fondo de Eficiencia Energética, han ampliado los recursos para financiar una parte sustancial de las inversiones vecinales y evitar la barrera que dicho desembolso supone.

Complementariamente a la rehabilitación energética, hay otros aspectos en los que se está trabajando para que se reduzca la huella de los edificios, desde los más operacionales hasta los estructurales, los cuales pretenden generar un cambio de paradigma en forma de entender nuestra vivienda: impulso a la instalación de sistemas de energías renovables en los edificios para promover el autoabastecimiento comunitario, cambios en las tarificaciones de la luz para promover el consumo en horas valle, electrodomésticos y calderas eficientes, la promoción de la recuperación de zonas comunes de limpieza y de producción de alimentos o la naturalización de los edificios. Todo para que los edificios y las personas que habitamos dentro empecemos a funcionar como sistemas neutros en emisiones con capacidad de minimizar y compensar los impactos generados.

Sara Soloaga

Científica Ambiental