Aprovecho que hoy en El País se publica una breve entrevista sobre SpY, Madrid ya tiene a su Banksy, para lanzar un tema que tenía pendiente. En su momento, hablamos de SpYen un post relacionado con el spam urbano y podéis ahí revisar algunos planteamientos sobre hasta dónde llega el arte en las intervenciones urbanas efímeras y cuáles son los límites del activismo social.
De Banksy también he escrito algún post y he comentado su extraordinaria influencia (a día de hoy, mi fondo de escritorio del ordenador sigue siendo una foto de una obra suya, la que acompaña este post). Los llamados stencils son intervenciones urbanas con una fuerza expresiva que me llama muchísimo la atención, si bien hay también posturas que no aceptan su generalización por ser una forma agresiva de intervenir en el espacio público. Recientemente WokiToki ha publicado un excelente post sobre el tema, en relación con su proliferación en Buenos Aires:
Según los diccionarios, se trata de un procedimiento a través del cual una imagen calcada y perforada en una plantilla de papel grueso es reproducida en otra superficie – en este caso, una pared – haciendo pasar tinta en aerosol por medio de las perforaciones.
No me detendré mucho en ello. Simplemente, me gustan visualmente y creo que, en muchos casos, tienen una fuerza de denuncia impresionante (sólo basta ver el trabajo de Banksy en Palestina).
Sí quiero, en cambio, rescatar tres apuntes mínimos sobre el papel del espacio urbano, sin entrar mucho a su detalle. Son, al menos, propuestas que hacen pensar sobre el lugar que ocupan (nunca mejor dicho) los espacios públicos en la imagen colectiva que tenemos de las ciudades.
Por un lado, una propuesta concreta de apropiación del espacio urbano, en este caso las zonas de aparcamientos. ¿Dejaríamos nuestra lavadora en la calle? ¿Podemos poner el frigorífico en las aceras? Entonces, ¿por qué reservar tanto espacio para el aparcamiento deelectrodomésticos privados como son los coches? Una forma de denuncia, pero también de apropiación momentánea de estos espacios es lo que se busca con los PARK(ing) DAYs, tal como recogían en Ecosistema Urbano hace unas fechas. Tiene mucho de carácter simbólico, desde luego, pero sin duda creo que dedicamos demasiado espacio de nuestras calles para aprcamientos privados.
Por otro lado, en Plataforma Urbana recogían también hace unas semanas información sobre un seminario relacionado con los POPs (privatelly owned public spaces), una figura que no conocía pero que resulta muy interesante a la hora de revisar los conceptos con los que trabajamos en la distinción entre el espacio público y el espacio privado. Recogiendo su descripción:
La calidad de nuestras ciudades depende en gran medida del Espacio Público. El Espacio Público se expresa hoy en día a través de diversas formas de espacio que se mueven entre el ámbito público y el ámbito privado. Es precisamente la presencia de estas múltiples formas de espacios las que condiciona la calidad de las transiciones espaciales de la ciudad actual. Tanto en Nueva York, como en Tokio y en Santiago se puede observar la existencia de POPS (sigla en inglés que significa espacios privados de uso público) como resultado de complejas normativas urbanas. Las normas que dieron origen a los POPS en estas ciudades serán analizadas en este Seminario a la luz de concluir qué incentivos serían aplicables para la generación de espacios de uso público en Santiago.
El seminario hace referencia a eexperiencias en Tokyo y en New York de generación de nuevos espacios públicos mediante Incentive zoning. Aun sabiendo que los modelos de ordenación y gestión urbanística no son trasladables, sin duda es una buena excusa para pensar sobre estos temas. He encontrado un libro, Incentive zoning, meeting urban design and affordable housing objectives, de Marya Morris, que parece profundizar en este aspecto.
P.D. Acabo de encontrar gracias a Ethel Baraona una web muy interesante,ManTownHuman, que ha lanzado un manifiesto hacia un nuevo humanismo en la arquitectura.
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