En 2016, abrió en el 18º arrondissement de París el supermercado cooperativo y participativo La Louve (“La Loba”), que contrasta con el modelo de consumo imperante. En él, quienes consumen son socios cooperativos y trabajadores: deben donar 3 horas de su tiempo cada cuatro semanas en laborares de venta, reposición, o mantenimiento. De esta manera, los consumidores conocen de primera mano a qué proveedores y a qué precio se adquieren los productos, y cuál es el margen (reducido) que se les aplica. Los socios se convierten en actores de su consumo, y del propio ambiente en el que compran.

La Louve basa su modelo en supermercado cooperativo Park Slope Food Coop (PSFC), operativo en Brooklyn, Nueva York desde 1973 y que cuenta con 16.000 miembros.