wb023284A mi juicio, una de las grandes necesidades de este país, seguramente reclamada por casi nadie más, es la puesta en marcha de un proceso amplio de racionalización institucional en la CAPV.

Sugiero, en esta línea, que el nuevo Parlamento y el gobierno del que él emane tomen conciencia del asunto y aborden en profundidad la simplificación y actualización del complejo y extraordinario sistema institucional vasco.

Intentaré desarrollarlas o explicarme un poco más en los próximos días. Me limitaré ahora a enunciar cuatro de las más importantes:

  • Racionalización (léase actualización, integración, desmantelamiento y/o refuerzo) del importante entramado para-institucional conformado por agencias, entes, empresas, sociedades, fundaciones para-públicas y otras organizaciones satélites de la propia Administración que actúan mediante diversas fórmulas jurídicas y asociativas y que han ido surgiendo a lo largo de los últimos 30 años para satisfacer distintos objetivos y superar los distintos retos a los que se ha ido enfrentando el Gobierno. Es hora, quizás, de un replanteamiento basado en la razón, la eficacia y la trasparencia.
  • Racionalización del número de ayuntamientos. Superar el ineficiente modelo de 251 municipios para 2,1 millones de habitantes de forma que todos los municipios posean masa crítica suficiente para abordar las competencias que le son propias y simultáneamente se correspondan con la realidad socio-urbanística de la CAPV donde existen entramados urbanos que configuran metrópolis huérfanas de ninguna referencia institucional que las gestione eficazmente frente a una suma de nano-ayuntamientos muchas veces incapaces y superados por su propia realidad.
  • Racionalización del papel de las Diputaciones Forales, circunscribiendo su actividad, si alguna, a aquello que le sea propio a un ente institucional intermedio en un país tan pequeño como este.
  • Racionalización del papel de la Administración General del Estado en Euskadi mediante la superación del actual modelo que permite que convivan instituciones superpuestas operando sobre el mismo territorio (desde cuerpos policiales hasta institutos de estadística) y que permite un permanente cuestionamiento del autogobierno vasco.
  • Racionalización del papel de Euskadi en Europa, articulando mecanismos de diálogo bilateral en cuestiones que le son propias y exclusivas y que no necesitan de intermediación de otras autoridades del Estado diferentes a las vascas.

Todas estas reformas que se plantean no son sino simples opiniones basadas en intuiciones y precepciones personales. No pretenden convencer a nadie porque seguramente no hay nadie que quiera ser convencido. Son ideas que vuelan por mi cabeza seguramente mediatizadas en buena medida por mi propia idea del país anhelado pero profundamente ancladas en la razón y la eficacia.