La ausencia de coordinación entre municipios de una misma corona metropolitana afecta a la implementación de políticas de desarrollo económico y la provisión de bienes y servicios públicos a nivel local. La gobernanza metropolitana es, desde el punto de vista económico, un instrumento idóneo para resolver los problemas de coordinación interinstitucional.

Por un lado, los municipios que componen un área metropolitana habitualmente no tienen la escala suficiente para prestar algunos servicios de manera eficiente (el caso más usual es el tratamiento y gestión de residuos), y la posibilidad de asociarse con otros municipios para suministrarlos de forma conjunta reduce sus costes de provisión.

Por otro lado, las políticas y las iniciativas de un municipio pueden causar externalidades negativas sobre otros municipios del área metropolitana, o sobre las políticas adoptadas en otros sectores. Así, en la definición de los distintos usos del suelo a nivel municipal existen evidentes faltas de coordinación interinstitucional que derivan en notables costes para los organismos públicos y, en última instancia, para la ciudadanía.

Ante la ausencia de instituciones y mecanismos de coordinación a nivel metropolitano, la fragmentación administrativa de la ciudad (determinada no sólo por la existencia de distintos municipios, sino también por las competencias regionales o estatales) conlleva la falta de una visión estratégica de largo plazo para el desarrollo del área metropolitana que aúne las políticas de uso del suelo y las de transportes y vivienda.

La evidencia empírica proporcionada por la OCDE (What makecities more productive?Evidencefromfive OECD countrieson the role of urbangovernance) muestra que la fragmentación de la gobernanza metropolitana está correlacionada con niveles de productividad más bajos y menores tasas de crecimiento económico. A su vez, la existencia de instituciones formales de gobierno metropolitano se asocia con una mayor satisfacción ciudadana en áreas como transporte público y gestión medioambiental.

Fragmentación administrativa y productividad del trabajo por ciudades

Fuente: Ahrend, R., Farchy, E., Kaplanis, I., & Lembcke, A. C. (2017). What makes cities more productive? Evidence from five OECD countries on the role of urban governance. Journal of Regional Science57 (3), 385-410.

A pesar de la evidencia, el sistema político todavía no ha respondido a este fenómeno metropolitano, desaprovechando la gran oportunidad de generar un sistema urbano acorde a la realidad de las principales ciudades españolas.

A pesar de que las competencias en la creación, modificación y supresión de las áreas metropolitanas corresponde a las Comunidades Autónomas, tan sólo el Parlament de Cataluña ha ejercido esta competencia de forma constructiva (ya que la mayoría de los parlamentos regionales, incluido el de Cataluña, suprimieron los gobiernos metropolitanos en la década de 1980), creando el Área Metropolitana de Barcelona (2011).

El resto de áreas metropolitanas están institucionalmente fragmentadas, sin instituciones metropolitanas integrales. Urgen, por tanto, reformas institucionales que profundicen el carácter metropolitano de nuestras ciudades con el fin de aprovecharse de una mayor coordinación interinstitucional. Tres pasos concretos pueden ayudar a guiar las reformas eficaces de la gobernanza metropolitana: identificación de proyectos metropolitanos concretos, diseño de incentivos metropolitanos y reforzar la financiación metropolitana.

Juan Capeáns

Economista Urbano

NAIDER