El cambio a una dieta más sana, con menor consumo de carne, es una situación “win-win” para el medio ambiente, de acuerdo a un nuevo estudio publicado por la revista Nature Sustainability. Incluso sin renunciar por completo a la carne, podemos reducir nuestro consumo de agua individual al menos un 10%, tal como recoge BBC News.

 

La adopción de una dieta con una proporción saludable de carne puede reducir el consumo de agua entre un 11% y un 35%. Una dieta pescetariana sana (vegetariana + pescados y mariscos) rebajaría la huella hídrica entre el 33% y el 35%, y una dieta vegetariana sana, entre el 35% y el 55%.

 

Actualmente, la huella hídrica individual asociable a la alimentación es de 3.861 litros/día en Francia, 2.929 litros/día en Alemania, y 2.757 litros/día en Reino Unido. Si bien nos hemos ido concienciado sobre un uso eficiente del agua en el hogar – en cuanto al uso de grifos y duchas -, no nos hemos concienciado de igual manera sobre el consumo hídrico asociado a la producción de los alimentos. Criar ganado conlleva el empleo de grandes cantidades de agua, y también la producción de aceites, azucares y grasas necesita de muchos recursos hídricos. En cambio, la obtención de fruta y verdura es más eficiente en el consumo de agua, además de tratarse de un producto a incorporar en mayor cantidad en nuestra dieta.

 

Además del consumo de agua, no hay que olvidar el efecto de nuestras opciones de dieta sobre las emisiones de CO2 y metano, la deforestación para pastos y plantaciones, y en definitiva, el cambio climático.