A día de hoy no existe ni una sola empresa realmente innovadora que no esté imbricada, de lleno, en elmodelo de innovación abierta.
La ecuación es sencilla: toda organización debe aprovechar los flujos externos (de conocimiento y tecnología) para ser hoy innovadora. La empresa tecnológica encerrada en sus laboratorios ha pasado a la historia. Las empresas deben interactuar, moverse, conocer proveedores y colaboradores, relacionarse con el sistema de innovación que le rodea, realizar proyectos colaborativos de I+D, comprar y vender propiedad intelectual y tecnología…
En estas dinámicas el papel de administración pública es evidente. Los gobiernos ejercen un papel decisivo incentivando el networking necesario para que las colaboraciones tengan lugar así como apoyando proyectos colaborativos de I+D+i entre Universidad, centros tecnológicos y empresas.
Si bien las políticas de innovación ejercen ya esta función, es necesario explorar fórmulas y herramientas públicas que busquen la innovación abierta de forma más proactiva e inteligente. En un universo en el que existe una sobreoferta de información no es suficiente con el networking y la generación de redes sino que hace falta una inteligencia añadida en la identificación de proyectos concretos que busquen explotar oportunidades de negocio reales.
Habitualmente, los proyectos colaborativos de I+D+i vienen impulsados por las capacidades tecnológicas existentes. Pero hoy, en un entorno de cambio tecnológico extraordinario, es necesario realizar el proceso inverso:partiendo de la oportunidad de negocio y armando proyectos de I+D+i colaborativos que puedan aprovechar esa oportunidad.Además, las herramientas de promoción de innovación deben actuar con rapidez: la velocidad del proceso es una clave de éxito decisiva en la actualidad.
Para ello, son necesarias iniciativas de innovación abierta más inteligentes y rápidas, que identifiquen oportunidades de negocio concretas, construyan los proyectos colaborativos en base a las capacidades (tecnológicas, comerciales, de gestión, etc) necesarias y creen los incentivos para que estos proyectos lleguen, con productos y servicios concretos, al mercado.
El reto para los agentes públicos de innovación es enorme: deben armarse de capacidades tecnológicas, estratégicas y operativas nuevas, y lograr incentivar adecuadamente a las empresas. En Reino Unido, la agencia de innovación NESTA ha sido especialmente activa en iniciativas de Open Innovation. NESTA ha puesto en marcha interesantes iniciativas en este sentido, como el Open Ventures Challenge, que busca la generación de nuevas empresas bajo un modelo de innovación abierta en el ámbito de la investigación contra el cáncer; o el programa Corporate Connections que pone en contacto empresas a través de workshops colaborativos en los que se comparten tecnologías para desarrollar nuevas aplicaciones. También, desde NESTA han desarrollado programas de Open Innovation con corporaciones que buscan nuevas ideas, tecnologías y productos: programas como Orange Service Call + Reward, VJAM (Virgin Atlantic), TJam (Tesco), P&G Corporate Open Innovation Channel, Philips InnoHub, entre otros…
Este tipo de iniciativas muestra cómo la Innovación Abierta abre un universo de oportunidades para la identificación de oportunidades de negocio y la articulación de proyectos de innovación colaborativos, representando uno de los campos con mayor potencial para el impulso de un crecimiento económico sostenible y basado en el conocimiento.