La bicicleta por fín parece tener su momento. Este artículo en El País la semana pasada repasa esta “explosicón”. Durante las últimas décadas, la concienciación ambiental y el despertar de las políticas de sostenibilidad han ido creando el caldo de cultivo para entender la necesaria transformación del modelo de movilidad urbana. Siempre ha estado ahí como opción, pero la expansión de la oferta de infraestrcuturas y redes viarias para vehículos motorizados siempre ha sido privilegiada a pesar de los esfuerzos de militantes de la bici y de los teóricos de la movilidad sostenible.
Los sistemas de préstamo público de bicicletas se han extendido en poco tiempo por las principales ciudades españolas, tratando de imitar y conseguir el éxito de expansión de este modo de transporte en otras ciudades. El sistema Bicing en Barcelona ha sido, posiblemente, el modelo más cercano que ha animado a otros a seguir esos pasos.Elbike sharing, a través de diferentes modelos de explotación y de relación con el usuario, llega a las calles de todo el mundo (ver este mapa de proyectos de bike-sharing identificados) de manera silenciosa.
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