Parece ser que Connie Hedegaard, comisaria europea de cambio climático, esta preocupada por el lobby gasista en Europa. Según The Guardian, mientras la Dirección de Cambio Climático esta intentando ir más allá de 2020 para establecer objetivos vinculantes de reducción de emisiones, la industria del gas esta tratando de interferir en la política de reducción de emisiones para presentar el llamado “gas pizarra” como una fuente de energía limpia. Para ello, el lobby del gas ha estado organizando reuniones de alto nivel con representantes de la comisión y el parlamento europeo, así como con representantes de diferentes estados miembro; incluso ha llegado a circular un documento que presenta el gas como la solución para alcanzar los objetivos de reducción a 2050 de la UE (Roadmap for moving to a competitive low carbon economy in 2050), comprobándose posteriormente que dicho documento es una copia de otro informe que precisamente exponía lo contrario (la necesaria apuesta por las renovables).
La semana pasada Transparency International presentaba un extenso informe titulado Informe Global de la Corrupción. Cambio Climático. Uno de sus capitulos analiza los procesos de consulta en temas de política climática de la Unión Europea: Acceso igualitario, reconocimiento desigual: Lobby de empresas y ONG en la política climática de la UE (Anne Therese Gullberg,Center for International Climate and Environmental Research). En 2004, la Comisión Europea invitó a una serie de agentes a participar en el proceso para contribuir a la definición de la política de cambio climático de la UE más allá de 2012. Este proceso incluyó el tema trascendental de lafijación de compromisos de reducción de emisiones para la etapa post-Kyoto. Aunque la consulta estuvo abierta a todos los agentes interesados y se consiguió una amplia participación y diversidad de propuestas, no consiguó una distribución equilibrada de la participación. Las organizaciones de comercio e industria aunaron sus recursos y presentaron un total de 78 propuestas: más del doble de las 30 presentaciones efectuadas por organizaciones ambientales.
Algo parecido ocurrió en las consultas sobre el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE). La determinación los sectores que deben ser incluidos o cómo deben asignarse los permisos son temas centrales para la eficacia del régimen de comercio y su papel como impulsor de una economía verde en Europa; y, sobre todo, son temas que determinan“quiénes ganarán y quiénes se verán perjudicados y, por lo tanto, son objeto de intensas estrategias de lobby”.
Distribución de participantes por tipo de organización en las cuatro reuniones de consulta durante el proceso de revisión del RCDE de la UE. Los colores hacen referencia a los diferentes temas que se abordaron en las reuniones. Bussiness Europe agrupa a 40 agrupaciones industriales de 34 países.
Participantes de organizaciones industriales y organizaciones ambientales en las cuatro reuniones de consulta durante el proceso de revisión del RCDE de la UE.
Tal y como concluye Anne Therese Gullberg, estos ejemplos demuestran que la apertura no siempre garantiza una representación equitativa, siendo relevante además que el lobby no se limita sólamente a las consultas formales.
Siguiendo con el informe de Transparency Internacional, hay otro capítulo que expone un panorama general de la influencia de los lobby en la política de cambio climático de Estados Unidos (Políticas climáticas en Estados Unidos. Panorama general de la influencia de los lobistas, Paul Blumenthal, Sunlight Foundation). Como resumen del capítulo, la siguiente gráfica:
Gastos anuales de lobby, USA (Center for Responsive Politics)
Durante 2009 empresas del sector de petróleo, gas, carbón y electricidad y empresas de energía renovable destinaron una cantidad récord de 403 millonesde $ a actividades de lobby dirigidas al gobierno federal de Estados Unidos. En total, más de 2.000 “lobistas” están registrados para ejercer presión en Washington en materia de legislación climática