En 1981 IBM introdujo en todos sus ordenadores personales el sistema operativo MS-DOS de Microsoft. No está claro que IBM perdiera posición competitiva con este movimiento pero, desde luego,el que realmente ganó con ello fue Microsoft. No puedo evitar ver cierto paralelismo entre este acuerdo y el recientemente firmado por Microsoft y Nokia.
El anuncio de Nokia del pasado 11 de Febrero a través del cual decían abandonar la plataforma Simbian y MeeGo dejó a todos estupefactos. Por si esto fuera poco, el abandono venía acompañado del anuncio de una colaboración estratégica con Microsoft y de la apuesta por adoptar Windows Mobile como plataforma en sus teléfonos móviles, decisión que chocaba frontalmente en ese momento con el enfoque más abierto que ha dado siempre Nokia a sus sistemas.
Es cierto que Nokia estaba perdiendo progresivamente cuota de mercado en los smartphones, un 9% en el 2010, pero el movimiento resultó repentino e incoherente con su estrategia de los últimos años. El actual CEO de Nokia, Stephen Elop, anterior directivo de Microsoft, hablaba de la guerra de ecosistemas. Lo curioso de esta afirmación es que Windows Mobile no es uno de los ecosistemas hoy por hoy ganadores.
Sin duda, esta decisión estará en los libros de estrategia de innovación del futuro. Los libros de estrategia, como todos sabemos, siempre justifican sus modelos con exitosos casos de estudio, pero siempre en retrospectiva. Hoy, son muy pocos los gurús que se atreven a dictaminar si este movimiento de Nokia ha sido brillante o firma su suicidio. En este sentido una encuesta realizada a través de Linkedin muestra una disparidad bastante equilibrada de opiniones.
La estrategia contemporánea de innovación habla de la importancia de lascore capabilities, capacidades clave, y también del paradigma de la innovación abierta u open innovation. Dos conceptos que en ocasiones son difíciles de compaginar. La decisión de Nokia busca sin duda un difícil equilibrio: defender sus capacidades clave y protegerlas dentro de su organización mientras se abren a una forzada aplicación de la innovación abierta (una alianza unilateral con un solo desarrollador de software) para enriquecer su posición competitiva con desarrollos innovadores externos (como es el sistema operativo de Microsoft). Existe una delgada línea que separa una buena decisión estratégica de un suicidio empresarial.
La clave está en si el sistema operativo puede ser mañana una core capability que Nokia ha dejado fuera; si su enfoque hacia el hardware del dispositivo le permitirá ganar competitividad o perderla; y si realmente el combo Nokia-Microsoft presenta sinergias o en realidad será un choque de culturas empresariales radicalmente diferentes. Gracias a la velocidad del cambio tecnológico y la rapidez de los mercados del mundo móvil tendremos muy pronto las respuestas.
(Imagen de cabecera Creative Commons vía Flickr y realizada poraresjoberg)