La administración ambiental del Gobierno Vasco impulsa una compleja red de estrategias y programas para responder a los retos ecológicos del presente. Desde economía circular hasta cambio climático, pasando por biodiversidad o salud ambiental, la acción pública se despliega en múltiples frentes, con objetivos ambiciosos y una exigencia creciente de evaluación y transparencia. En ese contexto, Ihobe, como agencia pública de referencia, decide reforzar su sistema de seguimiento y evaluación para garantizar que cada plan avanza con rumbo claro y rendición de cuentas.
Para lograrlo, Naider desarrolla una metodología de seguimiento integral que estructura los planes ambientales en indicadores estratégicos, permite visualizar su grado de avance e identifica oportunidades de mejora. Desde el primer momento, el equipo de Naider activa una gobernanza técnica compartida con Ihobe y pone en marcha un sistema colaborativo de trabajo basado en formularios automatizados, listas estructuradas en SharePoint y herramientas digitales interactivas. Todo este ecosistema se articula en torno a un panel de seguimiento en Power BI, capaz de conectar cada acción con su presupuesto, sus indicadores de impacto y sus responsables.
La herramienta digital no solo permite monitorizar el estado de ejecución de cada plan, sino también generar conocimiento útil para la toma de decisiones. Gracias a la visualización de tendencias, mapas de avance, semáforos de cumplimiento y narrativas inteligentes, los equipos técnicos de la administración pueden anticipar cuellos de botella, priorizar actuaciones o comunicar de forma clara los resultados a ciudadanía y órganos de gobierno. Además, el sistema permite incorporar mejoras funcionales de forma continua, adaptándose a los ritmos reales de los planes y a las necesidades emergentes del ecosistema institucional.
Con esta colaboración, Naider consolida su papel como socio estratégico en el ámbito del seguimiento y evaluación de políticas públicas complejas. Aportamos una combinación de visión sistémica, solvencia técnica y capacidad operativa que nos permite transformar datos dispersos en decisiones efectivas. Sabemos cómo convertir la planificación ambiental en una práctica viva, trazable y orientada a resultados.