Las Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS) se enfrentan a  varios retos a superar para normalizar su implantación generalizada. Todos ellos vinculados en alguna medida a dos realidades. Que la NBS son algo novedoso y como todo proceso precisa de un recorrido hasta su implementación masiva. Y que, por su propia naturaleza , valga la redundancia, se trata de elementos vivos que complejizan el proceso.

Las Soluciones Basadas en la Naturaleza cada vez son más reconocidas entre administraciones públicas, estudios de arquitectura, ingenierías y ejecutores de obras. No obstante, aún se enfrentan ciertas barreras que hacen que su implantación no este normalizada, ni sea masiva. Debido a la experiencia adquirida por NAIDER en el impulso de estas soluciones a diferentes escalas y con distintas administraciones consideramos que las principales barreras pueden agruparse en cuatro categorías:

1. Barreras institucionales y de gobernanza

  • Falta de normativas y regulaciones específicas: La ausencia de marcos regulatorios claros para la implementación de NBS dificulta su integración en los planes urbanos y territoriales. No existe una norma concreta que especifique como y cunado implementar estas soluciones.
  • Falta de coordinación interinstitucional: La implementación de NBS requiere la cooperación entre distintos niveles de gobierno y sectores, lo que suele verse obstaculizado por estructuras administrativas rígidas y falta de comunicación interdepartamental.
  • Procesos de toma de decisiones convencionales: En muchos casos, los responsables de la planificación priorizan soluciones grises (infraestructuras tradicionales) por desconocimiento o falta de confianza en la efectividad de las NBS.

2. Barreras económicas y financieras

  • Dificultad en la valoración económica de los beneficios: Muchos de los beneficios de las NBS (como la mejora de la biodiversidad o la regulación del clima urbano) no tienen un valor de mercado inmediato, lo que dificulta su financiación. Los análisis de coste beneficio son clave para poner en valor los co-beneficios que aportan estas soluciones. También recogen los gastos que se ahorran debido a su implementación. Además de los beneficios intangible y difícilmente monetizables. Todo ello es difícil de apreciar en una visión cortoplacista.
  • Falta de incentivos y modelos de financiación adaptados: La mayoría de los esquemas de financiación actuales están diseñados para infraestructuras convencionales, y no existen suficientes mecanismos para financiar soluciones basadas en la naturaleza.
  • Percepción de altos costes iniciales: Aunque las NBS pueden ser más coste-eficientes a largo plazo, los actores privados y públicos a menudo priorizan inversiones con retornos financieros inmediatos.

3. Barreras técnicas y de conocimiento

  • Falta de datos y metodologías estandarizadas: Existen pocas herramientas comparables para medir la efectividad y los beneficios de las NBS, lo que dificulta su evaluación y justificación.
  • Escasez de profesionales capacitados: El diseño, implementación y mantenimiento de NBS requiere conocimientos específicos en ecología, ingeniería ambiental y planificación urbana, habilidades que aún no están integradas en muchas disciplinas.
  • Incertidumbre sobre el desempeño a largo plazo: La variabilidad de los resultados de las NBS según el contexto geográfico y climático genera dudas sobre su fiabilidad. Tambien genera preocupación la necesidad de mantenimiento y el coste y esfuerzo asociados.

4. Barreras sociales y culturales

  • Resistencia al cambio: Más allá de los aspectos técnicos la naturaleza humana de quienes toman las decisiones, tanto técnicas como políticas influye. Y también se ven influidas por la percepción ciudadana. Tanto la ciudadanía como las administraciones suelen preferir soluciones convencionales con beneficios más tangibles y comprobados.
  • Falta de participación comunitaria: Para la implementación exitosa de NBS se suele requerir involucrar a la comunidad local en su diseño y mantenimiento.  No obstante, la falta de estrategias adecuadas o la falta de cultura y hábito en participación dificulta este proceso.
  • Percepción errónea de las NBS: Algunas personas consideran que las NBS son meramente decorativas y no infraestructuras funcionales para la resiliencia climática y urbana. Se acepta que mejoran visualmente un espacio, pero no se les da el crédito que merecen por el resto de los beneficios que aportan de  manera menos tangible e inmediata.

Para cada barrera existe una línea de trabajo que impulsar para ir superándolas. Para superar estas barreras, es clave desarrollar estrategias de integración de las NBS en políticas públicas, ampliar y concretizar un marco normativo, mejorar su financiación, invertir en capacitación técnica y guías técnicas para su implementación y fomentar la participación ciudadana.

Es por ello por lo que en Naider apoyamos a las administraciones públicas en la formulación de dichas estrategias y planes de acción con el fin de orientar, facilitar y agilizar los procesos de implantación de estas soluciones. Impulsamos la redacción de ordenanzas en el marco municipal para dar seguridad normativa  e introducir de manera generalizada estas soluciones.

También fomentamos los procesos participativos donde tanto personal municipal, técnico y político como ciudadanía tienen la oportunidad de entender y valorar las soluciones basadas en la naturaleza. Permitiendo eliminar una de las primeras barreras, la del desconocimiento o la desconfianza.

Es por tanto necesario que todos los agentes involucrados a todas las escalas remen en favor de superar estas barreras. De tal forma que se consiga normalizar la implementación de unas soluciones que ya tenemos a disposición y que no hacen más que proporcionar múltiples beneficios al territorio y a la sociedad.


Ilustración: Note Thanun