Los espacios productivos y urbanos mantienen vínculos que se retroalimentan y necesitan el uno del otro para su próspero desarrollo. El impulso de los procesos de innovación, la generación de conocimiento, la disposición de servicios empresariales y sociales a costes asequibles o la posibilidad de acceder a puestos de trabajo que satisfagan las necesidades y aspiraciones de las personas son solo algunos de los beneficios que se dan gracias a la correcta integración de los espacios destinados a la actividad económica y las zonas urbanas.

El Polígono 27 de Martutene, es, por su integración en el entorno urbano, un área idónea de intervención donde ser capaces de integrarlo no solo físicamente, si no en contenido y dinamización. Con la idea de materializarlo, Naider asiste técnicamente a Fomento de San Sebastián en la identificación y desarrollo de oportunidades de revitalización del parque empresarial donostiarra.

Además de la mejora física del espacio, el objetivo del análisis que se lleva a cabo pasa también por repensar los procesos y las modalidades de uso del parque empresarial para lograr una revitalización estructural y duradera en el tiempo.